Arquidiocesana 28-02-16

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Hemos Pecado

En ese momento le contaron a Jesús de una matanza de Galileos y Jesús le replicó: “¿creen ustedes que esos Galileos eran más pecadores que los demás, porque han padecido estas cosas? Yo les digo que no”. Lucas 13,1-9

“…Y si ustedes no se arrepienten, perecerán de manera semejante” (Lucas 13,3)
Dios llama a los seres humanos a vivir en comunión con Él. Pero resulta que el hombre es un ser pecador. Somos pecadores por nacimiento, nos dice el salmista.

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Por el pecado de Adán, entró el pecado en el mundo y desde esa coyuntura ese mismo pecado habita en lo más íntimo del ser humano: “Y si lo que no quiero yo, eso es lo que hago, ya no soy yo el que lo hace, sino el pecado que habita en mí” (Romanos 7,20).

Somos pecadores también por culpabilidad personal, pues, cada uno de nosotros es “carnal, vendido por esclavo al poder del pecado” (Romanos 7,14) hemos aceptado libremente el juego de las pasiones pecaminosas, algunas veces.

Por ello la respuesta, al llamado de Dios conlleva una vida de penitencia sentida.

Ese espíritu de penitencia o conversión quiere decir, buscar con lealtad y confianza a Dios.

En efecto “pues así dice Yahvé, a la casa de Israel, búscame y vivirás” (Amos 5,4).
Es necesario buscar decididamente el rostro de Dios: “Volveré luego a mi lugar, hasta que ellos reconozcan su pecado, y vengan a buscarme. ¡En medio de su angustia, me buscarán!” (Oseas 5,15).

Hacer penitencia o convertirse, quiere decir, apartarse del mal, sinceramente, o sea, cambiar el rumbo de la vida, hacer el bien; volviendo a una conducta digna, que implique cumplir con el deber, con los criterios de Dios, eso es buscar su voluntad.

Cambiar la conducta mala, por un comportamiento correcto, dejar la maldad y buscar con hechos la bondad.

Nuestra democracia, necesita mujeres y hombres rectos, que busquen y hagan bien lo que tienen que hacer, apoyados en la gracia de Dios.

Hoy de un modo especial debemos decir “…Muéstrame tu fe sin obras, que yo con mis obras, te mostraré mi fe” (Santiago 2,18).

Mons. Antonio José
López Castillo
Arzobispo de Barquisimeto

Santo Padre

La misericordia puede curar las heridas y cambiar la historia del hombre
VATICANO, 24 Feb. 16 / (ACI).- El papa Francisco habló de nuevo de la misericordia con motivo del Año Santo y pidió: “¡Abre tu corazón a la misericordia!” porque “la misericordia divina es más fuerte que el pecado de los hombres!”.

…“Si se pierde la dimensión de servicio, el poder se transforma en arrogancia y se convierte en dominio y profanación”. … “Jesucristo con su cercanía y ternura lleva a los pecadores al espacio de la gracia y del perdón”.

…“La riqueza y el poder son realidades que pueden ser buenas y útiles al bien común, si se ponen al servicio de los pobres y de todos, con justicia y caridad”. …Sin embargo, “como sucede demasiado a menudo, son vividas como privilegio, con egoísmo y prepotencia, y se transforman en instrumentos de corrupción y de muerte”, aseguró.

…los poderosos que para tener más dinero explotan a los pobres, a la gente; la historia de la trata de personas, del trabajo esclavo, de la gente pobre que trabaja en negro con lo mínimo, es la historia de los políticos corruptos que quieren siempre más y más y más”.

“Dios es más grande que la maldad de los malvados y de los juegos sucios hechos por los seres humanos”… El mal cometido en efecto deja sus huellas dolorosas y la historia de los hombres lleva las heridas”.

ITINERARIO VISITA 160 DE LA DIVINA PASTORA – 2016

28- 29/02 Vic. Ntra. Sra. de Las Mercedes Av. Principal El Triunfo
29- 02/03 San Juan Bautista La Salle, Calle 7 con Carr. 7, Barrio Unión
02- 03/03 Santa Cruz Av. Libertador , Urb. Gil Fortul
03- 04/03 Ntra. Sra. del Pilar Sector 7, vereda 9, Ruezga Sur
04- 05/03 Ntra. Sra. de Coromoto Av. Libertador, Urb. Bararida
05- 06/03 El Salvador Carrera 1, Urb. Jacinto Lara
06- 07/03 El Buen Pastor Av. Andrés Eloy Blanco, Urb. Patarata
07- 08/03 Cristo Redentor Sector 4, Ruezga Norte
08- 09/03 San Benito de Palermo Calle Principal, Barrio San Benito

Evangelio

Lucas (13,1-9): En una ocasión, se presentaron algunos a contar a Jesús lo de los galileos cuya sangre vertió Pilato con la de los sacrificios que ofrecían. Jesús les contestó: «¿Pensáis que esos galileos eran más pecadores que los demás galileos, porque acabaron así? Os digo que no; y, si no os convertís, todos pereceréis lo mismo…. Y les dijo esta parábola: «Uno tenía una higuera plantada en su viña, y fue a buscar fruto en ella, y no lo encontró. Dijo entonces al viñador: “Ya ves: tres años llevo viniendo a buscar fruto en esta higuera, y no lo encuentro. Córtala. ¿Para qué va a ocupar terreno en balde?” Pero el viñador contestó: “Señor, déjala todavía este año; yo cavaré alrededor y le echaré estiércol, a ver si da fruto. Si no, la cortas”.»

Palabra del Señor. Gloria a Ti, Señor Jesús

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