El proyecto de saneamiento del río Turbio tenía por finalidad, “dotar a la población de Barquisimeto y Cabudare de un sistema de recolección de aguas residuales y tratamiento, necesarios para garantizar un desarrollo sustentable en el tiempo.”
“Recuperar las condiciones naturales de los ríos, que permitan su máximo aprovechamiento”.
Así podía leerse en el material informativo leído por el entonces presidente de la empresa Enmohca, ingeniero Jorge González, hace más de cinco años.
La empresa, dependiente del Ministerio del Ambiente, hoy de Ecosocialismo y Aguas, se encargaría de construir nueve lagunas de oxidación, para el tratamiento de los residuos de millón y medio de habitantes, aproximadamente.
Con ese proceso, además del río Turbio, se beneficiarían también el Buría, en Yaracuy, y Cojedes, en la actualidad recipientes de la contaminación generada por las dos ciudades.
De acuerdo al proyecto, la capacidad del sistema era de 3.750 litros por segundo, calculándose una inversión de 165.036.883 bolívares, de acuerdo a lo que figuró en la memoria y cuenta del Ministerio del Ambiente del 2010.
Durante algunos meses, quienes se desplazaban por la intercomunal Barquisimeto-Cabudare, en sentido sur-norte, podían observar al lado una enorme valla con el rostro dibujado del presidente Chávez, en la que se leía: “Trabajo y más trabajo, para tener patria. Otra obra que se construye con y para el pueblo”. Ya no está.
Las cercanías del caserío El Taque, Palavecino, carretera vieja a Yaritagua, fue seleccionada como sede de las lagunas y planta de tratamiento, depositando allí grandes cantidades de materiales, sobre todo enormes tuberías y rollos de materiales impermeabilizantes.
“Pero eso comenzaron a llevárselo porque lo dejaron abandonado”, afirma una habitante de El Taque.
De las nueve lagunas sólo construyeron tres, que están deteriorándose, se calcula hay miles de tubos abandonados y la vialidad está siendo cubierta por la maleza, además de que los talleres y depósitos de la empresa fueron desmantelados, de acuerdo a vecinos.
Y como no hay vigilancias, igual que ocurre en Yacambú, el material impermeabilizante que habían colocado en lo que serían las lagunas de oxidación, se lo robaron, lo mismo que ocurrió con el sistema de alumbrado que habían instalado parcialmente.
Además, se cree que el proyecto ha sido desestimado pues una empresa está recuperando algunos tubos para, supuestamente, trasladarlos a otra entidad con la anuencia del ministerio de Ecosocialismo.
También abandonaron proyecto de saneamiento del Turbio
Para el ingeniero Manuel Colls, expresidente de Fudeco, actual director general de la alcaldía de Palavecino, lo que ocurre con el proyecto de saneamiento del río Turbio es otra muestra de que a algunos funcionarios del actual Gobierno poco les importan los recursos económicos del país.
Recordó que hace algunos años denunció lo que estaba ocurriendo en El Taque, pero nadie hizo nada porque en la irregularidades, presuntamente, estaban involucrados altos dirigentes del partido oficial.
“Ahí se están perdiendo millones de bolívares en tuberías e instalaciones, mientras el río Turbio sigue convertido en la gran cloaca de Barquisimeto, contaminando de paso otros ríos de la región”.
Considera necesario que la Comisión de Contraloría de la AN incluya esa obra en las que ya está investigando, y que se apliquen sanciones a quienes sean responsables de las irregularidades que en el manejo de los recursos asignados a esa obra pudiesen haber incurrido.
Cree que si hay buenas intenciones, el proyecto puede ser recuperado para beneficio de los dos municipios metropolitanos.