Consciente de la responsabilidad que se avecina, el base armador estadounidense Tyshawn Taylor trabaja en los entrenamientos de Guaros de Lara con el fin de alcanzar más rápido su tope físico y de ritmo de juego para así hacer olvidar la ausencia del lesionado Heissler Guillent, en el venidero reto de la Liga de las Américas FIBA, cuyo grupo semifinal B se jugará en el Domo Bolivariano de Barquisimeto, entre este viernes 26 y el domingo 28.
A los larenses les toca recibir a Correcaminos de Colón (Panamá) y los brasileños Uniceub BRB y Flamengo. Taylor, exarmador de los Nets de Brooklyn (NBA) e Indios de Mayagüez (Puerto Rico), debutó con el uniforme larense en la gira por Puerto La Cruz contra Marinos de Anzoátegui y luego enfrentó en Caracas a Panteras de Miranda, por lo que estos serían sus primeros juegos ante su propio público.
“Estoy emocionado. Obviamente tendremos una gran atmósfera porque es un gran torneo el que nos toca jugar. Cuando llegué pude experimentarla al sentarme en la banca. Aunque disfruto ser el que silencia a los fanáticos rivales en la carretera, me encanta la oportunidad de jugar en casa y que nos alimentemos del público ante cada seguidilla, clavada, un gran tiro o una buena defensa”, expresó el refuerzo foráneo.
Autocrítico y optimista
Reconoce que ser nuevo y empezar en la carretera no es fácil. “Soy capaz ahora de lidiar mucho más con el contacto, de jugar más minutos y de eso se trata, tras haber jugado algunos partidos y teniendo ya una mejor condición física, porque cuando llegué no estaba en la misma condición y venía de estar en casa sin jugar”.
Aún no está satisfecho con su progreso pero se siente “mucho más cerca”. “No estoy aún en mi mejor forma pero jugué 32 minutos en el último juego, aunque tuve problemas de faltas en el anterior. Sé que aquí no van sonar el silbato tan seguido pero eso funciona igual para ambos equipos. Hay que seguir jugando y lidiando con ello”.
Cree que el grupo “ha ganado algo de confianza” tras las victorias en los juegos contra Panteras. “Puedes ver lo duras que están siendo las prácticas con el coach para afrontar lo que viene el fin de semana. Creo que mejoramos, aunque fueron juegos difíciles y victorias apretadas. Estamos en casa ahora y eso será una ventaja para nosotros”.
El proceso de adaptación ante la ausencia de Guillent y su llegada no era cosa de un día y Taylor lo explica. “Cuando llega un nuevo jugador a un equipo y hay que introducir un nuevo sistema, toma algo de tiempo para que todos se sientan cómodos unos con otros y creo que ya lo estamos logrando”.
Al evaluar las pérdidas de balón que han complicado al quinteto, es franco. “Tiene que ver con el ritmo del juego. Cuando se juega rápido puedes perder el control a veces. Si bajamos el ritmo y nos tomamos el tiempo, somos un gran equipo ofensivo con armas en cada posición, así que tenemos que controlarlo y no dejar que el otro equipo dicte qué tan rápido o lento vamos a jugar. Me presiono con esa responsabilidad”.