De la manos de Nicolás “Miku” Fedor, el Rayo Vallecano entró en una racha positiva, sin derrotas en sus últimas seis presentaciones, para ganar terreno en la tabla de posiciones y construir el camino hacia la salvación.
Cumplidas 25 jornadas de los 38 programadas en la Liga Española, el conjunto de Vallecas ocupa la posición 15 de la clasificación, gracias a sus 25 puntos, y está cuatro contables por encima de la zona de descenso. Desde luego, no puede dar nada por seguro, pero es un verdadero alivio que ya no esté en los puestos de preocupación, donde estaba cuando comenzó la racha goleadora de Fedor.
Cinco fechas atrás, el Rayo se situaba en la casilla 18, pero gracias al impulso que le ha dado el venezolano, el presente es mucho más esperanzador para el club de las afueras de Madrid.
Desde entonces, el club firmó un triunfo sobre Celta (3-0), un empate con el Deportivo La Coruña (2-2), una conquista ante Las Palmas (2-0) y par de armisticios frente a Sporting (2-2) y Sevilla (2-2).
Entrega total
Tras el reciente compromiso, el empate 2-2 con Sevilla, el entrenador de Rayo, Paco Jémez, dio cuenta de una situación sucedida con el vinotinto en el camerino y que colocó como un auténtico ejemplo de entrega total. Fedor sufrió una especie de desmayo, producto del agotamiento propio del enfrentamiento, según narró el DT.
“Le ha dado una pájara en el vestuario y le hemos tenido que tumbar en la camilla. Así hay que terminar los partidos. He dicho que le hicieran una foto para que vean los profesionales cómo se deben acabar los partidos”, señaló Jémez en la rueda de prensa posterior al desafío.
“Quiero jugadores que se dejen todo, trabajen y presionen. ¿Qué luego mete goles Miku?. Mejor. Esperemos que esa racha no se corte. Lo que valoro es el gran trabajo que ha hecho. Que eso lo haga el delantero es un ejemplo muy claro de lo que es el Rayo”, adicionó el estratega, quien durante un largo tiempo mantuvo a Fedor en el banco de suplentes, mientras recobraba su mejor condición física, luego de su pasada por un fútbol de menor exigencia como el de Catar.
