El artista plástico mexicano Manuel Felguérez destacó la apasionada relación que ha tenido con el Instituto Nacional de Bellas Artes desde que era un joven contestatario de la llamada Generación de la Ruptura al sábado, cuando fue condecorado con la medalla del instituto en reconocimiento a sus más de 60 años de carrera profesional.
“Esa medalla es por mi trayectoria y mi trayectoria siempre estuvo con Bellas Artes atrás, por tal motivo yo creo que lo bueno sería partir la medalla en dos”, dijo con humor el pintor y escultor en la sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes en la capital mexicana, donde le fue otorgada la presea.
“Pero luego tengo otro problema, mi trayectoria ha sido posible a todos ustedes, una cantidad de amigos, unos que no veía hace mucho tiempo, que vinieron a esta ceremonia, yo volvería polvo la media medalla y se las aventaba, gracias a ustedes también existo como artista”, dijo ante el público, entre el cual se encontraba su esposa Mercedes Oteyza y amigos como el artista plástico Brian Nissen y la fotógrafa Graciela Iturbide.
Sentado junto a la directora general del instituto, María Cristina García Cepeda, Felguérez recordó que pasó su juventud “firmando todo tipo de publicaciones” para pedir la renuncia de los titulares del instituto.
“Hacíamos juntas para hablar mal de Bellas Artes, Bellas Artes era nuestro enemigo”, dijo el pintor, que es considerado junto a José Luis Cuevas, Vicente Rojo Almazán, Pedro Coronel y Fernando García Ponce integrante de la Generación de la Ruptura que pretendía un discurso diferente al arte nacionalista de la primera mitad del siglo XX en México.
“Nosotros no sabíamos que éramos de ruptura, ni pensábamos romper absolutamente con nada, ni nos interesaba, simplemente éramos los jóvenes pintores que para colmo, porque México era más chiquito o porque teníamos las mismas intensiones, fuimos muy amigos desde el principio como generación de los escritores, de los músicos, de los bailarines… todos éramos amigos y mal que bien buscábamos lo mismo, hacer una obra que ya no tuviera que ver con la época del nacionalismo, no porque fuera buena o mala, sino porque ya no nos importaba”, apuntó el pintor.
Manuel Felguérez nació en Valparaíso, Zacatecas, en 1928 pero a los pocos años su familia se mudó a la Ciudad de México pues el país aún vivía años convulsos tras la Revolución. Se formó como escultor en la capital del país y en París. Su primera exposición individual se presentó en el Instituto Francés de América Latina de la Ciudad de México en 1954 y un año más tarde obtuvo primer premio de escultura en la Casa de México en París.
“En 59 me compra Bellas Artes un cuadro grande que todavía está expuesto en el Museo de Arte Moderno, me lo compraron para el museo, pero no había museo”, dijo el homenajeado. “Lo compró el director de artes plásticas que se llamaba Salas Anzures, que fue el que empezó a tratar de impulsar a la generación. A consecuencia de que compró el cuadro lo corrieron de Bellas Artes”, agregó arrancando carcajadas entre los asistentes.
Para su fortuna, a lo largo de los años la relación definitivamente mejoró entre el instituto y Felguérez, quien también ha realizado escultura urbana y obra integrada a la arquitectura, además de contar con obra en importantes museos y colecciones nacionales y extranjeros.
En la ceremonia, Felguérez estuvo acompañado por el ensayista Luis Ignacio Sáinz quien destacó la capacidad del artista para mantener una carrera vital a lo largo de tantas décadas.
“Fiel a sus voces profundas, Felguérez no ha dejado de cambiar, de imponerse sus personales rupturas estilísticas para mantener su reconocible modo de ser en el mundo y de predicarlo”, dijo Sáinz, “En él y en sus fases creativas, conviven sin conflicto distintas formas de expresión artística y de ser”.
