Las familias residenciadas en el sector Manzano Abajo, al sur de la ciudad, se declararon en alerta permanente para llamar la atención de las autoridades correspondientes a fin de evitar prosperen los intentos de ocupar un terreno y construcción de una estructura destinada a una institución oficial, ubicados en las inmediaciones.
Armando García, Yandira de Bentata, el coronel (r) Alexis Leal y Rubi Barros, entre otros, han visto con preocupación el estado de abandono en que permanece lo que iba a ser sede de una escuela de adiestramiento canino de la Policía de Lara.
“Como eso lo dejaron abandonado, unas personas lo han convertido en su guarida, para esconderse luego de cometer sus fechorías en perjuicio de los mismos vecinos”, expresó Leal.
Explicó que el lugar, al final de la avenida Sucre, está ubicado en el triángulo que forman los ríos Claro y Turbio, desde donde los antisociales se dirigen hacia otros sectores de El Manzano, acabando con la tranquilidad de las familias que en ellos residen.
Rubi Barrios, por su parte, dijo que se ha acrecentado el temor en la zona después de que varias familias fueron víctimas de los delincuentes que, se presume, algunos viven también en El Manzano o proceden de otros sectores del sur de Barquisimeto.
“Solamente el año pasado se registraron unos 25 robos en viviendas de El Manzano, y aunque la policía sabe quienes integran las pandillas responsables, nunca han practicado detenciones, como si hubiera alguna complicidad con ellos”, expresó otra de las vecinas.
Los grupos familiares afectados por la inseguridad han acudido a diferentes instancias exigiendo la recuperación del inmueble que estaba destinado a la escuela de adiestramiento canino pero nadie les ha hecho caso.
Tienen proyectado acudir a Corpolara con la esperanza de que se recupere lo que se hizo de lo que sería la escuela canina y se le de algún uso que, además de permitir la recuperación de un patrimonio público, sirva para aumentar la seguridad a quienes residen en los alrededores.
Refirieron que el terreno tenía una extensión de cuatro hectáreas y solamente quedan dos, que, si no actúan las autoridades competentes, también serán invadidas en cualquier momento, incrementándose las medidas de protección en la zona debido a que, junto a las familias verdaderamente necesitadas de un techo, también se mezclan antisociales.
En el curso de los próximos días continuarán las reuniones de los vecinos para planificar las nuevas actividades a llevar a cabo con la finalidad de llamar la atención sobre la problemática que están confrontando.