Hagamos memoria: ¿Se hicieron debates parlamentarios en la AN de Diosdado en los últimos diez años sobre asuntos del mayor interés nacional y del pueblo como la crisis de la salud, el acceso a los medicamentos, la crisis de los hospitales? ¿Recuerda usted, estimado lector, que se haya debatido, analizado o designado comisiones de la AN para abordar la ruina de algo tan vital para la cadena de la economía productiva como el complejo de las empresas básicas de Guayana o de las centenares que fueron estatizadas para luego dejarlas en estado de abandono? ¿Los derechos de los trabajadores? ¿Se citaron ministros? ¿Se le hicieron reclamos al gobierno? ¿Se hicieron propuestas para enfrentar la crisis?
¡Cuánto ha cambiado la AN en poco más de un mes! Comienza a ser un parlamento que se ocupa del país, de su gente, de los problemas reales del pueblo, en lugar de ser un coro complaciente con las erráticas políticas de Miraflores. El pueblo agobiado encontró un lugar donde sus problemas son los problemas. En los que el solo hecho de que se reclame, se denuncie, y se discuta, crea presión sobre el gobierno que “o corre o se encarama”.
Todos sabemos la extrema gravedad de la escasez e incluso desaparición casi total de muchos medicamentos, tanto para dolencias que podríamos llamar comunes como para enfermedades crónicas o graves. La tragedia humana de cientos de miles de familias afectadas. El agobio de todos recorriendo inútilmente farmacias y obtener la respuesta: “no hay”. Todo causado por la irresponsabilidad de años y la colosal deuda del gobierno que ya suma más de 4 mil millones de dólares a los proveedores del exterior para fabricar medicinas en el país y en medicamentos mismos.
¿Qué ocurría con un asunto de tan vital importancia hasta hace poco más de un mes y durante los años anteriores? ¿Qué sucedía si alguno de los diputados de la Unidad Democrática reclamaba que se debatiera, se analizara, se interpelara a ministros y altos funcionarios para exigir respuestas? El Trucutú Diosdado espetaba: “No nos da la gana. Negado el punto. No se va a incluir en el orden del día. No hay nada que debatir por que el imperio, la derecha y bla, bla, bla…” Para eso tenían la mayoría. Para traicionar al pueblo y no discutir sus necesidades. Para censurar todo e impedir la razón constitucional de ser del Parlamento.
Así ocurrió también con el caso del Sistema Hidráulico Yacambú-Quíbor. Un proyecto vital para el desarrollo del estado Lara, hoy paralizado porque sus recursos fueron a parar en las cuentas personales de una gerencia “bolivariana” incompetente y pícara tal como lo ha demostrado el diputado Guillermo Palacios. La mayoría psuveca impidió por años que el asunto se discutiera en la AN. En la nueva Comisión de Contraloría ya quedó expuesto el caso y, la indolencia y las pillerías que afectaron el proyecto no podrán seguir gozando de la impunidad.
Son, pues, solo ejemplos, pero en esta nueva AN la lista de los asuntos que le duelen al país y que ahora se debaten de cara al país es muy amplia. La vivienda y la legitimidad del pueblo a ser propietario de lo suyo. Ley de Amnistía. Ley para otorgar el Farma-Ticket y el Ticket de alimentación a los jubilados y pensionados que la AN de Diosdado mantuvo engavetada por casi 4 años. Ley para estimular la Producción Nacional. Y el cambio en marcha: En un rumbo hacia el cambio de gobierno en una ruta constitucional, democrática, pacífica, electoral. “Calma y cordura”, pues.
