(Capítulo final)
La firma del acuerdo de paz en Colombia, casualmente cae en el mes de los Idus de Marzo. Los idus del buen presagio ya han llegado, pero hay que enterrar la violencia para entrar a la primavera de la paz, de una vez y para siempre.
La paz no es solo silenciar las armas ni culminar un conflicto en una mesa de diálogo, la paz debe mantenerse, cuidarse, prolongarse y regarse como se riegan las flores “ porque si la tronchamos (dice un proverbio indio) como tronchamos los árboles, algún día nos hará falta para respirar”. Después de la paz lograda Colombia volverá a trabajar y a dormir tranquila, a recorrer sus senderos sin miedo.
Con todo sus odios y violencias Colombia ha avanzado constantemente, no ha descuidado su creatividad, el trabajo, no ha detenido su progreso, tampoco ha dejado de educarse, de prestar atención al enfermo, de evolucionar ni de soñar. En el transcurso del tiempo de 58 años no todo lo atrapó la violencia, el deporte sigue teniendo victorias, el crecimiento cultural y científico no se ha detenido, tanto, que hoy se percibe a Colombia como uno de los países de mayor desarrollo en todos los ámbitos de Latinoamérica, García Márquez honró la patria al obtener el premio Nobel de Literatura en 1982.
La guerrilla pasó de ser un organismo de ideología comunista y pretensiones gubernamentales, a ser dirigida casi totalmente a satisfacer la codicia, el lucro y logro de las ambiciones económicas de sus líderes, aplicando la ley del miedo y el amedrentamiento, sojuzgando a la totalidad de la población, sometiéndola a una saña atroz, matándolos, invadiendo y adueñándose de sus tierras para utilizarlas en las siembras ilegales de la cocaína y con el producto de esta seguir financiando sus hordas asesinas. De sus actuaciones surgieron fuerzas contrapuestas para contrarrestar el avance de las hordas guerrilleras, creando grupos de exterminio en los que murieron muchos inocentes.
Con la llegada al poder del presidente Juan Manuel Santos cuya promesa principal en su campaña ´política por la presidencia, fue la de trabajar a fondo y sin descanso, para pactar con las FARC el acuerdo definitivo de paz y lograr firmarlo, la esperanza volvió a retoñar.
Muchos presidentes han gobernado a Colombia durante el tiempo de la violencia, y es Santos quien por los vientos que soplan el hombre que nos llevará a lograr la paz después de tantos años de angustia, de miedo y sufrimientos.
A gobierno y guerrilla convenía hacer la paz, porque esta guerra ya se estaba haciendo insostenible en el tiempo para la guerrilla y un desgaste para el país, además la guerrilla había perdido a sus principales líderes combatientes: Marulanda, Reyes, Arenas, Cano, Ríos, el mono Jojoy y otros. Con la nueva estrategia de bombardeos militares a sus refugios, perdió muchos hombres y su seguridad se volvió muy inestable. Con las fumigaciones a los cultivos de la coca, su poder de obtener recursos económicos fue disminuyendo.
Con el acuerdo de paz se llega al gana ganar. Gana la guerrilla, gana el pueblo y gana el gobierno en los aspectos económicos, políticos, sociales y lo que es más relevante, en la reconciliación de todos los colombianos y el de un nuevo inicio de paz después de décadas de sanguinarias luchas. La guerra es el triunfo de la muerte, la paz el triunfo de la vida.
Con la firma del acuerdo de paz cantaremos con toda el alma los hijos de Colombia: ¡OH gloria inmarcesible! ¡Oh júbilo inmortal! En surcos de dolores el bien germina ya.