El pasado jueves el Banco Central de Venezuela (BCV) dio a conocer las cifras económicas totales del 2015 y de nuevo Barquisimeto resultó ser la ciudad más costosa del país con un encarecimiento acumulado de los precios de los bienes y servicios del 224%. La información no deja de ser preocupante para la población barquisimetana, ya que a variación del Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC), sólo en el último trimestre del año, fue de 44.1%.
Amas de casa, padres, profesionales, empresarios y obreros, todos los barquisimetanos aprecian sus bolsillos cada vez más mermados y se inquietan al saber que pagan más que en otras ciudades por los mismos productos.
Es de destacar que en el informe publicado el 15 de enero, que comprende entre enero y septiembre de 2015, se describió que la Capital Musical había tenido altas variaciones de precios en ítems como servicios de educación (43,3%), bebidas alcohólicas y tabaco (50,9%), restaurantes y hoteles (52,0%), y alimentos y bebidas no alcohólicas (55,7%). Resta por conocer estos datos hasta diciembre del pasado año.
Aunque el mismo ron nacional, por hacer referencia a una bebida alcohólica, que se adquiría en enero de 2015 en Bs. 800, pasó a costar en septiembre del mismo año Bs. 2.200 y en la actualidad supera los Bs. 3.000.
Este al igual que el consumo en restaurantes y hoteles, no es tan prioritario como la educación y los alimentos.
En la entrega anterior se señaló que las colegiaturas en Barquisimeto resultan ser más costosas que en Maturín, la segunda ciudad más onerosa, según el referido informe. Esto quizás se deba a la calidad de la educación, instalaciones y otros parámetros.
Sin embargo, en materia de alimentos, el escenario resulta aún más comprometido.
Economistas como Anibal Peña Javitt y Juan José Pérez, ambos residenciados en Barquisimeto, refieren que los elevados costos en la urbe musical pueden deberse a los niveles de escasez, bachaqueo, costosos traslados y/o razones políticas.
La visión del usuario
Cualquiera de los motivos anteriores resulta injustificable para la población barquisimetana. Al menos así se apreció en un sondeo realizado por este medio. No obstante, Roberto León Parilli, presidente de la Alianza Nacional de Consumidores y Usuarios (Anauco) indicó que más allá de las variaciones entre una y otra ciudad, resulta sumamente preocupante el elevado índice inflacionario, que para cualquier otro país sería extremadamente elevado.
A pesar de ello subrayó que los consumidores venezolanos sienten que la realidad arroja datos muchos mayores a los publicados por el BCV.
“Los datos del BCV se quedan cortos ante la verdadera inflación”, comentó el presidente de Anauco, quien además señaló que los cambios en los precios se dan, en la actualidad, cada vez con más frecuencia, al punto de que ocurran diariamente, lo que hace referencia a la inestabilidad económica del país.
-La percepción de la población es que cada vez esto se hace más incontrolable y es difícil para el venezolano cumplir con sus compromisos o adquirir nuevos bienes y servicios.
Por su parte, Oscar Meza, director del Centro de Documentación de Análisis Social de la Federación Venezolana de Maestros (Cendas-FVM), señaló que este indicador corresponde a una serie de cifras “incompletas”, que carecieron de explicaciones técnicas y que por el contrario parecieran responder a necesidades de “orden político”.
Meza subrayó que las cifras analizadas por la institución que representa, son continuamente enviadas a analistas del BCV. En el feedback se ha conocido que las cifras del centro estarían en consonancia con la realidad del país, lo que el gobierno dejó de publicar.
“Tendríamos algunas evidencias para, al menos sospechar que las cifras del BCV ha sido, al menos, estilizadas”, comentó Meza, quien acotó que estas se dieron a conocer cuando al gobierno le pareció conveniente. A esto sumó que quizás no se publicaron las cifras hasta diciembre, por ser este el mes, por tradición, más inflacionario de todos los años.
“Esas cifras ya se produjeron. Nos consta que los encuestadores del Banco Central siguen haciendo las encuestas, porque se consiguen con nuestra gente… Ellos lo procesan, pero cada vez se restringe más el acceso de los técnicos a la información y resultados finales.”
Subrayó que el Fondo Monetario Internacional (FMI), cuyos datos históricamente han sido de los más cercanos a la realidad, mantiene diferencias importantes con las cifras publicadas por el BCV.
El impacto en la sociedad
Sobre el impacto que ha representado para Barquisimeto ser la urbe más onerosa de todas, el presidente de Anauco destacó que si bien gozar de un poder adquisitivo mayor al de otras ciudades ha formado parte de la idiosincrasia del barquisimetano, los precios han registrado una constante elevación, al punto de mostrarse como impagables.
Calificó entonces como injustificable que una ciudad del interior del país, resulte ser más costosa que la misma capital. Sin embargo, destacó que “se trata de una inflación que tiene que ser resuelta y esto pasa por levantar el control de cambio, porque es ese el problema de fondo”.
Para tener una idea del comportamiento del mercado entre septiembre, fecha hasta la cual reportó el BCV y diciembre del pasado año, Meza destacó que según el informe mensual del Cendas, la Canasta Alimentaria Familiar se ubicó en el noveno mes de 2015 en Bs.
38.873,12 y en diciembre en Bs. 93.600, lo que significaría una variación de Bs. 54.726,88 y un incremento próximo al 140%.
Si bien Ciudad Guayana y Maturín, las otras dos ciudades más costosas, son de complejo acceso y traslado de productos, Barquisimeto no lo es, razón por la cual su comportamiento en el índice de precios podría deberse a una mayor demanda y menor oferta de alimentos.
Las razones de fondo
En la entrega pasada, algunos expertos indicaron que el comportamiento de Barquisimeto en sus precios pudo deberse a la informalidad del mercado y a actividades como el bachaqueo.
Al respecto Parilli señaló lo siguiente: “Que una ciudad sea más costosa que otra depende mucho de las costumbre de cada una de estas. Pero también es importante recordar que el bien más caro siempre será aquel que no se encuentre y si el mercado se está deprimido nacerá la especulación, el bachaqueo y otros ilícitos que se han dado a conocer en Venezuela en estos últimos tiempos”.
Sobre si Barquisimeto sería la ciudad más costosa, porque entonces hubo mayor escasez y bachaqueo, Parilli comentó que esta pudo haber sido una realidad del estado. Sin embargo, “sin ánimos de justificar lo nefasto, se trata de un oficio que se apoya en la necesidad del ser humano”.
Criticó entonces que se quiera hacer ver la problemática desde las consecuencias y no desde las causas: el desabastecimiento.
Políticas públicas como error
Parilli señaló que se trata de un grave error de las políticas públicas, diseñadas para atacar consecuencias y no resolver los problemas de fondo.
-Hay bachaqueros porque sencillamente los bienes no se encuentran, hay más demanda que oferta y el venezolano necesita comprar los productos. Si hay muchos clientes detrás de un productos, seguramente alguno o muchos de ellos estarán dispuestos a pagar más de lo que estos valen y es allí donde surgen este tipo de situaciones.
Indicó que con captahuellas, controles y el apoyo de cuerpos de seguridad, no se podrá evitar que quien necesite un bien y esté dispuesto a pagar más por este, lo haga.
Apuntó que se debe revisar el control de cambio, privilegiar la producción nacional, generar un ambiente estable y de confianza para empresarios, usuarios y consumidores, a objeto de que el primero invierta y los últimos puedan adquirir sus productos con tranquilidad y obtengan mayor calidad de vida.
Álvaro Peña: La plata no alcanza
No sólo Barquisimeto es cara, todo se ha vuelto costoso en todas partes y más cuando los bachaqueros son parte del sistema… y esto viene por la misma escasez que hay en la ciudad. Una persona se puede ganar 10 mil bolívares semanales y eso se le va en un pollo, un kilo de carne, una bola de verduras y le queda para la charcutería o los pasajes, tiene que escoger. Hay que luchar para que este mejores, porque cada quien trabaja es para su grupo político, pero no para el país.
Yusmira Rodríguez: Buscar alternativas
Barquisimeto es una ciudad muy cara, pero no es sólo que la comida se haya vuelto costosa, sino que como no hay, los que la pueden comprar se aprovechan y ahora uno come no lo que quiere sino lo que tiene. Mi papá y yo somos diabéticos y tenemos que comer lo que haya… La escasez es la culpable de todo y uno termina pagando más a los bachaqueros, porque las necesita para los hijos de uno y sino buscar alternativas. Mi familia compró un saco de maíz y hacer las arepas.
Adam Álvarez: El bolívar vale menos
Acá en Barquisimeto hay muchos bachaqueros y son ellos quienes venden la comida cara. Uno es trabajador y el trabajo no deja que uno esté haciendo colas por ahí… Nos vemos obligados a comprar caro y tanto el bachaquero como nosotros quedamos acostumbrados, aunque nuestros bolsillos no aguanten más… La crisis del país es vieja, viene de los adecos y copeyanos, con la diferencia de que el bolívar ahora no vale nada y cada vez compramos menos.
Humberto Rodríguez: Antes alcanzaba
Yo tengo 68 años y nunca había visto algo como esto. Uno antes ganaba poco pero le alcanzaba y le quedaba plata. Las cosas se pusieron muy caras y nunca habíamos vivido tantas dificultades para comprar una harina de maíz, que la revenden hasta en 300 bolívares. Nunca ha habido gobierno que ayude a uno y uno se queda sólo, sufriendo todo esto. Ahorita la plata no rinde y las pocas cosas que se encuentra, porque no se consiguen con facilidad, son muy costosas. Si uno va a una bodega o a un abasto le dicen: `No hay´.
Arcángel Vargas: Consumen bachaqueo
Claro que Barquisimeto es una ciudad costosa. Pero la realidad de todo eso es que consumimos sólo productos bachaqueados, que se consiguen casi que haciendo magia, porque por la misma ley los venden escondiditos… En ese bachaqueo los mismos dueños y gerentes de los abastos son cómplices… Nuestros bolsillos están secos, sin medio ni real. Ahora uno carga mil bolívares en el bolsillo y anda limpio, porque eso no sirve para nada, ni para comprar un kilo de queso.
José Alberton Castillo: Que aparezca la comida
Yo lo único que quiero es que aparezca la comida para que así no la vendan tan cara. Una harina en 350 bolívares es una harina revendida… una azúcar no se encuentra a menos de 250 bolívares. Así cómo le alcanza la plata a uno… Pero si aparece la harina en el mercado, esa gente (bachaqueros) no tendrá a quien venderles sus productos… Se votó por la manito, por un cambio, pero la manito como que vendió al pueblo, que sigue sufriendo esta crisis.