Trabajadores administrativos de la Universidad Centroccidental Lisandro Alvarado (UCLA) se concentraron ayer en el rectorado en protesta ante la disminución de la calidad de los servicios que por años ha ofrecido la casa de estudio para su comunidad laboral.
Rubén Albornoz, presidente de la Asociación de Trabajadores Administrativos de la UCLA, señaló que entre los principales problemas que se han reportado tiene que ver con el transporte, recordando que en la cláusula 34 del décimo convenio de trabajo en el que establece que la universidad reconoce el derecho que tiene el trabajador a proponer rutas para el transporte. Sin embargo, en la realidad los empleados se les hace prácticamente imposible usar el servicio por no coincidir con los horarios, ya que funcionan después de las horas establecidas para el almuerzo o la culminación de las jornadas. Piden lograr un balance de horarios para cumplir con las necesidades tanto de estudiantes como del personal.
Otro de las denuncias que hizo Albornoz tiene que ver con la asignación de cargos en las diferentes área a través de concursos, ya que asegura no se cumple la normativa y por el contrario los puestos de trabajo que salen a concurso ya tiene nombres y otros cargos ni siquiera son llamados para concursar.
Según lo relatado por quienes permanecieron en la entrada del rectorado, en la UCLA también se sufre por el servicio del agua potable y ocasiones ni siquiera hay en los baños, asimismo existen áreas que tienen tiempo con los aíres acondicionados dañados y no han sido reparados, entre esas la biblioteca.
La falta de materiales y demás insumos para cumplir con la responsabilidades se suman a la deficiencias dentro del recinto universitario que muchos calificaron como deprimentes aunado a los bajos salarios, que están conscientes dependen del Ministerio de Educación Universitaria.
Son diversas las propuestas que manifiestan los trabajadores se debe discutir con las autoridades para llegar a un acuerdo que beneficie a todos, pero la que más cobró fuerza la mañana de ayer es la de trabajar en un horario corrido de 8:00 de la mañana a 3:00 de la tarde, que para Albornoz favorece incluso el ahorro energético.
El dirigente sindical denunció que compañeras de trabajo recibieron amenazas por parte de la vicerrectora académica con levantarle el expediente y hasta destituirla por la manifestación que estaban llevando a cabo, pero aclaró que desde hace 15 días han intentado reunirse con el rector pero ha sido imposible y ante la falta de repuesta decidieron actuar.