Un gigantesco iceberg bloqueó el acceso de los pingüinos Adelaida a su lugar habitual de alimentación en la bahía de Commonwealth en la Antártida, causando la muerte de unos 150.000 ejemplares, advirtieron investigadores.
Desde que el iceberg se encuentra en la zona donde está instalada la colonia de pingüinos, en el cabo Deninson, una punta rocosa de la bahía Commonwealth en el este de la Antártida, las aves se han visto obligadas a desplazarse hasta 60 kilómetros para poder alimentarse.
El iceberg, bautizado como B09B, llegó al lugar en 2010, chocó con la lengua glaciar Mertz y se quedó ahí. Como la zona rara vez estaba cubierta de hielo marino, era ideal para las colonias de pingüinos, pero obstruyó desde diciembre de 2010 el acceso de estas aves a sus zonas naturales de alimentación.
«Es desgarrador ver el impacto del hielo permanente en los pingüinos», afirmó la profesora Kerry Jane Wilson, de la organización West Coast Penguin Trust y autora principal de la investigación, en un comunicado.
Los normalmente ruidosos y agresivos pingüinos Adelaida estaban tan afectados «que apenas se dieron cuenta de nuestra intrusión en su reino. Era muy triste caminar entre miles de crías congeladas de la temporada anterior y cientos de huevos abandonados», continuó Wilson.
La colonia de pingüinos, que contaba con una población de 160.000 ejemplares en 2011, se vio diezmada hasta unos 10.000, según los investigadores del Centro de Investigación del Cambio Climático de la Universidad de New South Gales en Australia y la fundación neozelandesa West Coast Penguin Trust.
El peor de los escenarios es que sin su ciclo reproductivo natural y por la falta de nuevos miembros, la colonia podría extinguirse en unos 20 años.