“El suministro de agua para riego a la depresión conocida como Valle de Quíbor, a objeto de propiciar el desarrollo de su potencial agrícola, y la dotación segura y confiable de agua no tratada al ente encargado de su administración, con el fin de contribuir al abastecimiento de Barquisimeto y su área metropolitana. Todo esto mediante la construcción, operación y mantenimiento de obras de infraestructura hidráulica y la coordinación interinstitucional, para colaborar con los organismos encargados de la conservación de la cuenca del río Yacambú, a través de una organización orientada al logro de altos niveles de eficiencia y eficacia en su gestión”.
Ese es el rol que el Sistema Hidráulico Yacambú-Quíbor C.A. otorgó al proyecto consistente en la construcción de una represa 162 metros de altura, 852 hectáreas de extensión y capacidad de almacenamiento de 435 metros cúbicos de agua y un túnel de 24, 301 kilómetros por el que se traspasaría el agua del río y la quebrada Las Raíces hasta el valle.
Las obras se iniciaron en 1973 por parte del entonces Ministerio de Obras Públicas y, posteriormente, en 1977, las asumió el Ministerio del Ambiente y Recursos Naturales Renovables que las asignó, el 20 de septiembre de 1989, a la naciente empresa Sistema Hidráulico Yacambú-Quíbor.
Han transcurrido más de 40 años y, pese a que en varias oportunidades se fijaron fechas para el inicio del llenado, una de ellas, el jueves 20 de mayo de 2010 por parte del ingeniero Landys Navarro, presidente de la empresa, que lo anunció para comienzos del 2012, conocedores de la obra, consideran que ese proceso tardará unos cuantos años más, gracias a la forma como se ha seguido su desarrollo.
La última fecha la ofreció el 20 de julio de 2015 el ministro de Ecosocialismo y Aguas, Guillermo Barreto, durante una visita a la obra, quien dijo que “con mucho optimismo podemos decir que comience el llenado del embalse el año que viene y esperamos que para el 2018 podríamos estar inaugurando una de las obras hidráulicas más importantes de nuestro país”.
El diputado Guillermo Palacios recuerda que, durante la pasada campaña electoral, el presidente Nicolás Maduro anunció la asignación de un millón seiscientos mil bolívares y tres millones de euros para acelerar la conclusión de la obra.
“Van a pasar muchos años para que esa presa comience a recibir agua porque gran parte de lo que se había adelantado se está perdiendo por la mala administración de los reales que le han metido a eso”, señala uno de los campesinos de la zona que están a la espera para salir del predio donde ha transcurrido toda su vida y que será cubierto por las aguas.
Y cuando uno visita el área donde se trabajaba hasta hace algún tiempo no puede menos que otorgarle la razón porque, al menos en la que corresponde al portal de entrada, lo único que se observan son ruinas.
Los talleres y alrededores están convertidos en cementerios de máquinas y camiones abandonados, desmantelados, convertidos en chatarras por el tiempo que tienen a la intemperie.
Y se reafirma cuando uno habla con extrabajadores de las numerosas empresas que han disfrutado de los millones de dólares aportados por el Gobierno Nacional o la Corporación Andina de Fomento, prácticamente sin control alguno, como lo ha denunciado en varias oportunidades el diputado Guillermo Palacios, sin lugar a dudas el más preocupado por lo que ha rodeado tan ambicioso proyecto.
Como desde hace tiempo no se recibe información alguna desde el SHYQ, es necesario recabar la poca que poseen los campesinos de la zona.
El túnel destruido
Para comenzar, señalan, el túnel prácticamente está perdido a causa de los derrumbes que se han presentado, producto de las numerosas filtraciones no controladas pese a las advertencias que se hicieron cuando comenzaron a detectarse.
Cualquiera que acceda a la boca del portal de entrada puede constatar el río que sale del mismo, que se encuentra totalmente inundado, de acuerdo a extrabajadores de la obra.
“Allá adentro había 14 bombas de achique divididas en dos grupos de 7 cada uno, pero actuamente no hay ninguna y tampoco funcionan los depósitos de agua que allí existían”, dice uno de ellos.
Agrega algo más serio y es que, por falta de mantenimiento, se han formado lagunas, algunas con más de un metro de profundidad.
Teme que por el tiempo que ese tramo ha estado sin recibir mantenimiento alguno, cuando traten de recuperarlo se encontrarán con daños tan graves que ameritarán otras millonarias inversiones y, por lo tanto, los costos del proyecto, que hasta el 2015 alcanzaba los 1.200 millones de dólares, 800 de ellos invertidos los últimos 18 años, sigan incrementándose.
El alumbrado interno desapareció, también quedaron inoperativos los rieles de la locomotora que movilizaba a los trabajadores, así como tampoco los equipos de aire, lo que indica que quien ingrese al túnel puede morir intoxicado en pocos minutos.
Dos de las locomotoras quedaron en el interior.
Para impedir que alguien trate de averiguar el estado en que se encuentra, la empresa colocó una reja encadenada a la entrada del portal.
Este fin de semana, durante la visita que hicimos a la zona, nos informaron que los derrumbes son de tales proporciones que no es posible ingresar hasta determinado kilómetro del túnel pues toneladas de rocas y lodo lo impiden.
Pero no se puede ocultar lo que queda en el exterior, valiosas maquinarias desmanteladas, una planta generadora de 11 mil voltios de electricidad en las mismas condiciones pues, por falta de seguridad, se robaron el cableado y piezas de valor, inutilizándola.
Para impedir continuase el robo de cables tuvieron que soldar las tapas de metal donde quedan algunos.
En el lugar también permanece, abandonada, una maquinaria Sim Mixer, de las siete que fueron adquiridas en los Estados Unido por más de 25 millones de dólarespara ser utilizadas en el procecimiento de revestimiento del túnel.
Esa fue otra compra ejecutada por personas desconocedoras del proyecto pues no pudieron ser utilizadas debido a que al llevarla al portal de entrada se percataron que sus dimensiones no permitían su ingreso. Otros millones perdidos.
Como no podían regresarlas al proveedor, las dejaron a la intemperie y los “amigos de lo ajeno” le quitaron lo que pensaban podían vender o utilizar, sobre todo mangueras.
De acuerdo a campesinos que trabajaron en la obra, hasta hace algún tiempo había equipos de todo tipo, algunos sin haber sido utilizado nunca, que de la noche a la mañana desaparecieron.
“Uno veía pasar pa’ arriba camionetas y camiones con maquinarias, y no eran de agricultores de aquí sino gente de Sanare, como de la alcaldía”, afirma uno de ellos.
Quería aclarar que ellos no son responsables de lo que se hayan robado de las abandonadas instalaciones.
Como el, quienes llevan años viendo cómo se le asignan millones y millones de dólares al proyecto y no se vislumbra su conclusión, consideran necesario un mayor control de la forma como se invierten esos recursos.
Hay esperanzas de que ahora, con una Asamblea Nacional dominada por la Mesa de la Unidad Democrática, se logre adelantar una investigación seria de todo lo relacionado con tan esperada obra porque, hasta ahora, ninguna de las inspecciones llevadas a cabo por parlamentarios de la Asamblea Nacional ha dejado nada positivo, convirtiéndose las mismas en simples paseos turísticos al agradable Parque Nacional Yacambú.
Esperando
Para los campesinos de Yacambú que están en una larga espera por el momento en que deben abandonar sus predios, cuando comience el llenado de la presa, el futuro sigue siendo incierto.
“No es que nos vamos a negar a salir, aunque no es fácil porque aquí nacimos y crecimos muchos de nosotros, pero no nos han dado lo que nos corresponde”, dijo uno.
Manuel Lucena vive en El Jobal, una de las zonas que serán cubiertas por las aguas del embalse y está resignado, aunque no para irse a otro municipio como le recomendaron desde el SHYQ.
Piensa adquirir “una tierrita” más adentro, en la misma parroquia, para seguir haciendo lo que ha sido su vida; sembrar café y cambures para subsistir con su familia.
Pero, como están viendo el panorama, esa salida aún se demora porque, “eso está todavía muy crudito y lo que habían hecho como que se está perdiendo. Creo que aquí vamos a seguir por mucho tiempo más”, afirmó.
Emplazamiento al gobierno
“Emplazamos al Gobierno Nacional a que, en un lapso breve, reinicie los trabajos que en campaña electoral anunció Nicolás Maduro cuando ofreció asignar la cantidad de un millón seiscientos mil bolívares y tres millones de euros para activar los frentes de trabajo en el Sistema Hidráulico Yacambú Quíbor, lo que hasta el momento sólo fueron anuncios electorales”.
De esa manera el diputado Guillermo Palacios, secretario general de Un Nuevo Tiempo en Lara, emplaza al Jefe de Estado a cumplir con su ofrecimiento.
Agrega que lo que ocurre en Yacambú es muy grave porque esa gran obra está sometida a un proceso de deterioro, además de las pérdidas económicas.
Palacios, durante la visita efectuada el fin de semana a la zona del portal de entrada, pudo conversar con campesinos, quienes le aportaron valiosa información, y, además, pudo constatar el estado ruinoso en que se encuentran instalaciones y maquinarias costosas, sometidas a abandono completo.
El parlamentario está dispuesto a seguir insistiendo ante la Asamblea Nacional para que se investiguen las irregularidades que allí, presuntamente, han ocurrido.