Una denuncia que recibí la semana pasada fue la que me inspiro escribir la columna de hoy, pues mi amiga María Eugenia Aguilar, me envió la foto por WhatsApp, de un abuelito pidiendo dinero en la avenida Lara con Leones, de Barquisimeto.
Luego de publicar esa información, recibí varios comentarios de personas criticando la situación en la que se encontraba el anciano, que no parece que estuviera abandonado porque tiene la camisa bien limpia, el cabello afeitado, y demás. Otro dijo que ese dinero la utiliza para tomar bebidas alcohólicas en un establecimiento en Cabudare, y así sucesivamente.
Me puse a pensar unos segundos sobre la forma en que se hablaba del señor, sin saber por qué está en situación, no importa si tiene familia o no. Lo que creo es que ese abuelo no tiene por qué estar pidiendo dinero en un semáforo.
No sé cómo puede existir tanta insensibilidad social, es un ser humano el que está ahí pasando trabajo. Por suerte, hubo también, unas pocas personas que entendieron la situación y citaron aquella frase que dice “haz el bien y no mires a quien”.
Esta misma situación de indiferencia hacia otras personas, se vive todos los días en el terminal de pasajeros, cuando los ciudadanos que están llegando de viaje le pasan por un lado así como si nada a los indígenas que están viviendo en esta estación.
Niños tirados en el suelo inmundo, van y vienen a toda hora, sin un calzado, agarrando cualquier cantidad de bacterias que hay en todo el piso, salen a la calle a pedir plata para poder comer en el día, y ante toda esta situación a las autoridades gubernamentales parece no importarles la forma en que vivan estas personas.
¿En dónde están las fundaciones que ayudan a los niños y las personas en estado de indigencia? Lo que quiero es que todos entendamos que no es necesario investigar el fondo de los problemas o de las situaciones de las personas para tenderles la mano, si hay alguien que nos necesita y están en nosotros poder ayudarlos, por qué no hacerlo, por más sencillo que sea lo que nos piden, será algo grande para quien está recibiendo el apoyo.
Así como estos dos casos que acabo de mencionar, hay muchos más, en los que a las personas les ha dado igual. Y como quien dice, “Por eso es que estamos como estamos”.