Refugio para los malhechores, en eso se convirtió el cementerio de la parroquia Tamaca, ubicado en la vía hacia Las Delicias, zona norte de Barquisimeto. A todas horas rondan los delincuentes y “cazan” a quienes visitan a sus seres queridos.
Ayer en la mañana, mientras un grupo de personas limpiaban la tumba de su familiar, entraron varios sujetos y les quitaron carteras, celulares y los zapatos, luego corrieron y se perdieron entre la maleza.
A principios de semana, los vándalos se robaron las láminas de acerolit del techo de la capilla que está en la entrada del cementerio, también entraron al depósito y se robaron una carretilla, tres palas, dos picos, dos chicos, una escardilla, luego entraron a la sala administrativa de donde se robaron las únicas tres sillas. Antes de irse, los antisociales prendieron candela a los documentos, quemaron certificados de defunciones y ordenes de entierros.
Frente al camposanto está ubicada la estación policial de Tamaca, donde según relataron los vecinos, sólo laboran tres policías quienes además tienen el deber de vigilar a unos 70 privados de libertad que están en el calabozo.
“Tenemos a los policías enfrente pero ellos no pueden salir a patrullar porque tienen que estar cuidando a los presos” señaló un vecino del sector.
El cementerio no cuenta con vigilancia ni pared perimetral, tampoco hay cemento para cubrir las fosas, desde hace algún tiempo las tapan con tierra. Son constantes las profanaciones de tumbas y sesiones de esoterismo y brujería.