Al Caracas lo mató la falta de oficio, el no tener la jerarquía ni la tranquilidad para manejar un resultado favorable. Ganaba 2-0 al Huracán argentino y avanzaba a la fase de grupos de la Copa Libertadores, pero, eterna historia de los equipos venezolanos, apareció un momento de desdicha y amargura, cuando el festejo parecía consumado: un gol en el segundo minuto del tiempo añadido.
En un abrir y cerra de ojo se esfumó la clasificación y también el millón 800 mil dólares que entrega la Conmebol por disputar la ronda de grupos del principal torneo de clubes de Suramérica. La tropa capitalina quedó a dos minutos de la gloria. El global 2-2 benefició al club argentino por el hecho de haber marcado un gol de visitante, según establecen las condiciones de certamen.
El técnico del club, Antonio Franco, lo explicó todo, bien claro, en la rueda de prensa. “La reflexión que nos deja (el desenlace del partido) es que en este tipo de torneos no puedes regalar ni un minuto… (no puedes) dejar lanzar un centro que nos cortó la ilusión de pasar a otra fase”.
Bien claro, el DT. Faltó aquella viveza, la experiencia, para contener al rival, evitar que el balón estuviese cerca de su área. Es, quizás, el precio que paga la directiva por apostar a un equipo que, si bien tiene piezas de recorrido como Miguel Mea Vitali -no jugó por estar suspendido- y Giácomo Di Giorgi, tiene a muchos jugadores jóvenes, sin mayor experiencia internacional en su plantilla.
“Toca pasar a la página y enderezar el camino en el torneo, el cual hemos empezado de la mejor manera”, fue el auto consuelo que se dio Franco, joven estratega asignado a dirigir al ganador de once títulos en el balompié nacional.
Caracas se despidió bien temprano de la Libertadores, cosa que ya no es noticia porque su plana mayor hace rato que dejó de ser ambiciosa y se niega a la idea de hacer grandes inversiones en relación con la plantilla, quizás frenada por la situación económica que vive el país.
Lo que sí está claro es que este Caracas está muy lejos de aquel que en 2007 deslumbró en esta misma Copa Libertadores con triunfo sobre el River Plate y que quedó eliminado, aunque con las botas puestas, en octavos de final ante el Santos brasileño.
Las esperanzas venezolanas están cifradas ahora en Táchira y Trujillanos, que debutarán en la fase de grupos.