A seis meses de la inauguración de los Juegos Olímpicos de Rio, varias federaciones se inquietan por las consecuencias que tendrán los recortes presupuestarios en el desarrollo de las pruebas, aunque entienden las dificultades económicas por las que atraviesa Brasil.
La principal víctima de los recientes recortes decididos por el comité organizador de Rio es el remo. Así, la instalación de una estructura flotante con capacidad para 4.000 espectadores ha sido anulada.
El resultado es que los remeros, que debían competir, según la idea original, ante 14.000 personas en unas instalaciones naturales en la laguna Rodrigo de Freitas, y después ante 10.000 espectadores tras una primera reducción, deberán contentarse con actuar ante 6.000 aficionados.
Entendemos perfectamente la complicada situación de Brasil y las dificultades económicas que tiene el país, pero lamentamos que la decisión de anular la instalación de esta tribuna flotante haya sido tomada sin concertación.