Haití vivió este martes su segundo día sin jefe de Estado y con la mirada puesta en el Parlamento (bicameral), encargado de elegir un presidente interino que deberá organizar nuevas elecciones generales y traspasar el poder a un gobernante legítimo en mayo próximo.
La situación de crisis política que sufre el país, cuyo último episodio fue la salida este domingo del presidente Michel Martelly, no fue óbice, sin embargo, para que hoy miles de haitianos disfrutaran en las calles del tradicional inicio del Carnaval.
El Parlamento haitiano, además, inició los debates para elegir a los miembros de la comisión especial que deberá recibir las solicitudes de quienes están interesados en asumir la jefatura del Estado.
Aunque Martelly dejó el cargo ayer, tal y como lo ordenaba la Constitución, se aseguró antes de alcanzar un acuerdo con el presidente del Senado, Jocelerme Privert, y el titular de la Cámara de Diputados, Cholzer Chancy, que fue denunciado hoy por los partidos de oposición al advertir que no aceptarán un “golpe parlamentario”.
Los opositores criticaron la naturaleza “antidemocrática” del acuerdo, ya que intenta validar la primera vuelta de las elecciones generales del 25 de octubre pasado, denunciadas como fraudulentas por la oposición.
En ese orden, anunciaron que continuarán en las calles para exigir de un eventual Gobierno de transición la anulación del proceso iniciado en octubre de 2015, y la convocatoria a nuevas elecciones donde vuelvan a participar todos los partidos políticos del país.
La oposición, liderada por el excandidato a la Presidencia Jude Celestin, afirma, además, que la propia conformación del Parlamento haitiano es producto de las irregularidades detectadas durante las votaciones de octubre.
En esos comicios, Celestin ocupó el segundo lugar tras el candidato oficialista Jovenel Moise, quien ha exigido la conclusión del proceso y defendido los resultados del sufragio.
Mientras, el director de la Policía Nacional Haitiana (PNH), Godson Orelus, garantizó la seguridad del país y pidió a los ciudadanos mantener la calma, ante el vacío de poder que atraviesa la nación.
“Estamos en una situación particular y llamamos a todos los ciudadanos a estar en calma y dejar a la Policía hacer su trabajo. La Policía tiene mandato para proteger al país y vamos a hacerlo en este momento de crisis”, explicó Orelus en rueda de prensa.
Las riendas del país, por lo pronto, recaen sobre el primer ministro, Evans Paul, quien aceptó retornar al cargo tras renunciar recientemente en medio de la intensificación de la crisis y próximo a la partida de Martelly del poder.
Paul reiteró hoy su invitación a que todos los sectores se sienten en la “mesa del diálogo” con el fin de lograr el “milagro” de salvar a Haití.
“Durante el tiempo que permanezca aquí (en el cargo), la puerta de mi despacho no tendrá llaves; estarán las puertas abiertas para escuchar las reivindicaciones”, agregó el jefe de Gobierno.
El presidente que salga de esos comicios deberá jurar el cargo el 14 de mayo, según algunos de los detalles divulgados del acuerdo.