El Estado Comunal planteado por el expresidente Chávez daba cuenta de una transferencia de competencias del Poder Público al pueblo organizado, valga decir, desde el gobierno nacional, regional, local a las comunidades, sin embargo, las leyes que se formularon para tal fin resultaron exactamente lo contrario, edificaron un centralismo mucho más acentuado, consagrando una pesada relación de dependencia de todas las estructuras del denominado Poder Popular (PP) para con el Ejecutivo Nacional, cuyo dinamismo ha sido motorizado principalmente por el otorgamiento de recursos públicos.
Esa relación de dependencia fue explotada al máximo, el expresidente Chávez imponía las formas y maneras en que las comunidades organizadas podían ir accediendo a estos recursos, lamentablemente, con un altísimo matiz electoral y partidista. Astutamente, el discurso oficial daba la impresión que esa relación de dependencia era inversa, que era el Ejecutivo nacional el que dependía del PP, nada más alejado de ello.
Así, de la mano de la fulgente empatía del expresidente Chávez (su principal virtud) ese Estado Comunal se fue promocionando, apoyado en autoridades públicas (ministros, gobernadores, alcaldes, entre otras) que debían su permanencia en la vida política del país al primer mandatario, quien con su apoyo o rechazo era capaz de colocarlos o quitarlos. ¡He allí el secreto! En consecuencia, estas autoridades debían acatar las directrices que desde la Presidencia de la nación se emanaban, no había lugar a titubeos.
Ido Chávez, el panorama cambió drásticamente, la compleja coyuntura nacional ha hecho que el Presidente Maduro no tenga la misma aceptación que su predecesor, ni su consecuente influencia, los resultados del 6D así lo evidencian, un gobierno carente de liderazgo aglutinador. Por tal motivo, el “Estado Comunal” se encuentra en terapia intensiva; En primer lugar porque implicaría que gobernadores y alcaldes pierdan o cedan sus espacios de poder, sus ámbitos naturales de influencia prácticamente a motu propio, a voluntad, sin la presión u órdenes de un liderazgo mayor, nacional, determinante. En segundo lugar, porque ya no existen las condiciones de financiamiento con que contaba Chávez. En tercer lugar, porque la extrema partidización desdibujó sus fines haciéndola menos apetecible a las comunidades. En cuarto lugar, los resultados del 6D obligan al gobierno a repensar antes de empoderar plenipotenciariamente al PP, toda vez que ya no cuenta con su pretendida incondicionalidad política ni partidista. Con respecto al Parlamento Comunal, fue una acción sobredimensionada, no hay forma ni manera en que éste pueda sustituir a la Asamblea Nacional, motivado a que las competencias de éste máximo poder legislativo aparecen tajantemente definidas en la constitución y no pueden ser transferidas, modificadas, ni condicionadas. Por todo ello, el Estado Comunal está lejos de desarrollarse en la praxis, pues ya no es del interés político ni estratégico para el gobierno nacional.
@leandrotango