Si este fue el último partido de su magnífica carrera, Peyton Manning se despide a lo grande. Y le debe dar las gracias a Von Miller y a la agobiante defensa de los Broncos por su segundo campeonato de la NFL.
Añadir ese anillo de campeón a sus cinco galardones de Jugador Más Valioso de la liga debe dejar a Manning más que satisfecho y orgulloso ante el momento del retiro, en caso que la victoria 24-10 ante los Panthers de Carolina constituye su adiós.
No fue la figura del partido. Miller -el Más Valioso de la edición número 50 del Super Bowl- fue el tormento de Carolina, presente en cada jugada clave. A sus 39 años, Manning no fue el máximo protagonista dentro de una campaña en la que sufrió con las lesiones.
La sofocante defensa de Denver no le dio tregua alguna a Cam Newton. Pese a lucir zapatillas doradas en el denominado Super Bowl dorado, Newton no pudo coronar con un triunfo la que fue una fantástica temporada para el Más Valioso de la liga.
Miller le arrebató el balón dos veces, una para un touchdown y la segunda para la anotación que sentenció el duelo. La defensa de Denver, la mejor de la liga, la que zarandeó a Tom Brady en el campeonato de la Conferencia Nacional, hizo que Newton viviera un calvario.
Newton fue derribado seis veces. Y cuando Miller no le torturaba, DeMarcus Ware se encargaba de no dejarlo tranquilo. Ware logró dos de las siete capturas, la mayor cantidad por parte de un equipo en el Super Bowl. La potente ofensiva de Carolina que lideró la liga con 500 puntos acabó con su menor cantidad de puntos en el año.