Durante un tiempo, el Cardenalito del Oeste representó un atractivo para quienes llegaban a Barquisimeto procedentes del occidente, y también para las familias residentes en comunidades de la parroquia Juan de Villegas que, sobre todo los fines de semana, acudían al lugar para disfrutar del paisaje y de sus instalaciones.
Lamentablemente, desde la alcaldía de Iribarren, la dirección de Parques y Jardines, que se presume sigue existiendo, se olvidaron por completo y dejaron de prestarle el mantenimiento requerido para su conservación.
Debido a esa negligencia o indiferencia, del parque El Cardenalito del Oeste queda poco o nada que contemplar pues lo han dejado convertir en un simple “peladero de chivos”, como se dice popularmente.
La fuente, que durante un tiempo era uno de sus principales atractivos, hace mucho tiempo que no dispone de una gota de agua, salvo cuando llueve, y padece un deterioro progresivo que, de no ser atendida con prontitud, desaparecerá por completo en pocos meses.
“Ah mundo cuando yo venía al parque los domingos, con los muchachos, a pasar un rato agradable, con este fresco que aquí se siente”, dijo una mujer antes de cruzar la avenida hacia su hogar.
Y como ella son muchas las madres que han tenido que dejar de visitar el Cardenalito del Oeste para no contemplar el estado deplorable en que se encuentra.
Las plantas ornamentales se han secado debido a la falta de agua pues el sistema de riego se dañó por falta de uso, apenas han resistido las trinitarias.
El vagón del tren, donde los niños ingresaban y se divertían simulando estar de paseo, ha sido destrozado en su interior por antisociales que, aprovechando la nula vigilancia policial, lo han tomado como refugio.
En general, del Cardenalito del Oeste, como parque, no queda nada.