Buenos y malos. Blanco y negro. Izquierda o derecha. La vida está repleta de dualidades y a veces es doble cara de una misma moneda. Así al menos refleja esta controversia el nuevo trabajo audiovisual de la agrupación de hard rock colombiana Julian’s Fire, que regresa con Héroes Fingidos, su reciente sencillo promocional y que recibió una excelente crítica de la prensa latina.
Ser quien no se es. Esa tal vez sea la esencia de las tres historias que se muestran en el clip: ¿qué ocurre cuando un político en plena campaña regala promesas que sabe nunca cumplirá? ¿O un productor musical que fascina a un nuevo artista con un camino a la fama inexistente? ¿O un padre de familia que parece ser correcto en modales y detalles para la sociedad pero en su casa es lo opuesto?
Historias con antagonismos que reflejó Julián Sánchez en la letra de la canción, ahora llevada a imágenes: «pienso que el ser humano por naturaleza es un ser muy complicado, según como se va desarrollando la vida de cada individuo se va convirtiendo en una persona con cualidades y defectos característicos» comenta el líder de la banda.
En una realidad casi asfixiante, estos «héroes» abundan en todas partes, pero no surgen por casualidad, ya que Julián sostiene que «el mundo que hemos construido hasta el momento ha sido muy tendiente a generar un ambiente hostil, intolerante y complejo para las personas que crecen y se desenvuelven en él. Por eso pienso que al desarrollarse desde niños en estos contextos, siempre existieron, existen y existirán personas malas, tramposas y deshonestas, las cuales se aprovechan de otras personas que no son así bien sea por su ambiente familiar o de amigos».
Las canciones de Julian’s Fire sobresalen porque todas dejan un mensaje. No es tocar rock por tocar. No es la típica banda del momento o de un verano. Y desde ya no es una moda. La agrupación deja una huella en cada uno de sus temas que ya fueron éxito en muchas radios del continente. Y estos Héroes Fingidos buscan generar conciencia para que estemos alerta aunque con una esperanza: “también existe gente que vale la pena, solo hay que aprender a identificar” define el vocalista. Y por suerte es así.
Según Julián, la canción la compuso en un momento de ira en donde “necesitaba desahogarme” y la música fue su terapia perfecta. Una letra que indudablemente sale de un corazón decepcionado, resquebrajado por la impotencia. Y cuando una historia es visceral, la autenticidad del producto final no tiene precio.
El 2015 fue un gran año para el grupo: “me encantó la evolución de la banda en vivo, el apoyo, el amor y el reconocimiento al trabajo que hemos recibido tanto de los medios como del público han sido indescriptibles y realmente puedo decirlo sin temor a equivocarme, fue de los mejores años de mi vida”.
Julian’s Fire continuará en 2016 con su gira internacional que lo llevará por diferentes países de América y Europa, haciéndose un merecido lugar. En Venezuela estarán pronto para presentar por primera vez un show sin igual y llevar el Ave Fénix, insignia que los representa, por nuestras tierras. Porque de eso se trata: de renacer una y otra vez. Aún a costa de los héroes fingidos, mercaderes de barro. Larga vida al rock.
Julian’s Fire no se «disfraza» de metalero o rockero glam, la imagen de la banda es un estilo de vida, una filosofía que va desde el primer track del disco hasta el último minuto de su show en vivo. No pretenden parecerse a White Lion o Skid Row, sino demostrar que se puede aggiornar la mística de los 80 con el sonido y tecnología actuales. Y también están abiertos a la evolución y a los cambios que su público les sugiera.