La Constitución de la República Bolivariana de Venezuela establece el mecanismo de la Enmienda para modificar una o varias partes de su articulado sin afectar el espíritu central de su conjunto, tal y como sucedió en 2009 para implantar la reelección indefinida del presidente y otros cargos de elección popular. La Enmienda Constitucional puede ser introducida en el seno de la Asamblea Nacional por el 30% de los diputados para luego ser discutida mediante el mecanismo de formación de leyes y aprobada con el voto de la mayoría simple de la plenaria. Finalmente debe ser sometida a referéndum para que el pueblo la rechace o apruebe, y solo en caso de ganar el “SI” entra en vigencia. Se trata de un método constitucional, democrático, electoral y pacífico (y sí se quiere “chavista” para deleite de algunos), ajustado al principio máximo de que la soberanía reside en el pueblo que es quien tiene el poder constituyente originario.
En virtud de lo anterior tuve la responsabilidad de redactar junto a varios juristas del país un borrador de Enmienda Constitucional que ya fue consignado en la Asamblea Nacional como aporte del partido la Causa R para ser discutido con el resto de los partidos que conformamos la bancada unitaria de la MUD. El Anteproyecto de Enmienda propuesto contiene los siguientes aspectos: 1) La modificación de los artículos 160 y 174 para limitar la reelección de los gobernadores y alcaldes a dos períodos consecutivos, 2) La modificación del artículo 230 para reducir el período constitucional del Presidente de la República a cuatro años con reelección única inmediata, y 3) La modificación del artículo 264 para reducir el período de los magistrados a la mitad para procurar así nuevas designaciones que subsanen los vicios cometidos en el pasado en la elección de dichos cargos.
De esta forma, además de restituir el espíritu original de la Constitución de 1999 eliminando la institución antidemocrática de la reelección indefinida, se abre una puerta concreta para la solución de la grave crisis que atraviesa el país, toda vez que habría elecciones presidenciales nuevas para este mismo año. Así es, de reducir el mandato presidencial a cuatro años el actual período se contaría desde el 10 de enero de 2013 hasta el 9 de enero de 2017, comenzando ya un nuevo período el 10 de enero del próximo año, lo que implicaría convocar a elecciones presidenciales a más tardar en diciembre del año en curso. Es, como se evidencia, un planteamiento efectivo pero sin trauma político, al punto que el actual mandatario pudiera incluso participar en dichas elecciones adelantadas. Se trata además una vacuna ante escenarios violentos o militares que puedan colarse por los niveles de conflicto y crisis existentes. Es el pueblo el que tendría la última palabra para relegitimar el Gobierno y comenzar cuanto antes la etapa de recuperación económica ya impostergable.
Desde el año pasado hemos dicho que la solución a la crisis debe ser política ya que solo cambiando el Gobierno y relegitimando los poderes podremos consolidar el cambio que comenzó por mandato popular el pasado 6 de diciembre. La Asamblea debe asumir su responsabilidad histórica y aquí estamos proponiendo una alternativa para discutirla con todos los sectores con el fin de concretar el cambio urgente que reclama el pueblo.
Caso cerrado, el dictamen final lo tiene usted.
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