Como la canción del cantautor venezolano, Franco de Vita, no lo dejes morir, es el clamor de millones de venezolanos. El gobierno no es capaz de garantizar la salud, como es su deber. La escasez de medicamentos ronda el 80%, según cifras extraoficiales, porque oficiales ni soñarlo, el ejecutivo lo niega. La recién designada ministra de la salud, atribuye la la escasez al uso no racional por parte de la población. Vergüenza debería darle declarar esta insensatez, ante la realidad aplastante: no hay insulina para los pacientes diabéticos, los que necesitan quimioterapia desesperados buscan sus medicinas en las redes sociales, madres y padres recorren farmacias buscando un antibiótico para sus niños y tampoco hay para adultos. Puedo dar testimonio de esta angustiosa situación: estando en Trujillo, mi estado natal, afectado por una bronquitis, fue imposible conseguir un antibiótico. Así como en mi caso, muchos venezolanos vivimos la desesperación de no encontrar la medicina que requerimos, arriesgando seriamente nuestra salud.
Esta situación no es nueva, desde hace ya más de un año los distintos sectores involucrados en el campo de la medicina han alertado acerca de la grave crisis de salud. La deuda que mantiene el gobierno con el sector farmacéutico hace imposible que los laboratorios puedan cumplir con la demanda. De igual manera, médicos y enfermeras han reportado en reiteradas oportunidades la ausencia de insumos, equipos médicos. No ha faltado el pronunciamiento de clínicas privadas, pero el gobierno, demostrando que no le importa la vida de los ciudadanos, insiste en politizar el tema, mientras muchos mueren y otros están condenados a hacerlo porque no pueden recibir tratamiento.
Indignación, es lo menos que podemos decir, causa la negativa gubernamental, no hay forma ni manera que asuman que la crisis es culpa de ellos, no aceptan que se trata de una crisis humanitaria que debe ser atendida de inmediato, buscando con carácter de emergencia las fórmulas para recibir las ayudas que puedan suministrar los países hermanos. No me explico cómo pueden vivir tranquilos el presidente de la república y los miembros de su gabinete, mientras tantos están viviendo esta tragedia. Testimonios de padres que han visto morir a sus pequeños hijos por no recibir la atención que ameritaban han llegado a la Asamblea Nacional. Bastaría con enterarse de la realidad para que actuarán de inmediato, no lo hacen porque más importante es seguir con el circo, más importante es aferrarse al poder, mientras una Venezuela agotada por tanta tragedia lucha día a día por sobrevivir.
Coordinador Nacional de “Gente” Generación Independiente