Pese a las limitaciones que surgieron durante su ejecución, la gobernación, a través de Invilara, está dando lo que se considera son los últimos toques al distribuidor Tarabana, en La Ribereña, cuya inauguración está prevista para el venidero mes de marzo.
La presidenta del organismo, ingeniera Carolina Fortoul, informó en rueda de prensa sobre todos los pasos que hubo que dar para cumplir con una serie de normas que permitieran la construcción del importante especio vial por el que se dezplazarán diariamente unos 70 mil vehículos.
Reiteró que por La Ribereña no está permitida la circulación de carga pesada pero, sin embargo, era necesario cumplir con la norma que establece un espacio de 5.2 metros entre la calzada y el puente y 12 entre este y las líneas de alta tensión que pasan por encima del distribuidor.
Volvió a hacer un llamado a las autoridades correspondientes a no permitir la circulación de camiones o gandolas, salvo excepciones.
Son dos líneas de 230 voltios cada una que pasan por encima del elevado.
Para cumplir con el espacio de 5.2 metros entre el puente y la calzada se hizo necesario abrir una especie de trinchera, lo que ocurrió la pasada semana.
Igualmente la presidenta de Invilara dijo que hubo otras limitaciones impuestas por el ministerio del Ambiente que fue necesario cumplir para que la obra no se quedara en el proyecto.
Pero aclaró que estos trabajos no fueron producto de la improvisación, como algunos pudieran haber pensado, sino que siempre formaron parte del proyecto.
Al referirse al temor de algunos usuarios de que, debido a la disminución que se aplicó al tramo debajo del elevado, cuando llueva se formaría una extensa laguna, dijo que también eso se tomó en cuenta en el proyecto original con la construcción de drenajes y alcantarillas con la colocación de tuberías de 54 y 36 pulgadas por las que saldrá el agua fuera de los canales de rodamiento.
La ingeniera Fortoul también explicó que, aun cuando la construcción del distribuidor está en su fase final, aún es necesario poner en práctica algunos cierres para obras necesarias, entre las que figura el asfaltado de la trinchera, pero eso tienen previsto hacerlo durante fines de semana cuando el tránsito automotor es menor.
Sin embargo, expresó, se trata de molestias pequeñas para las ventajas que ese complejo vial brindará a quienes se dirigen de Barquisimeto a Cabudare, sobre todo en horas de la tarde cuando la circulación de vehículos en ese sentido se multiplica y ya se habían hecho habituales los congestionamientos y demoras en el cumplimiento del trayecto.
“Todas esas demoras desaparecerán cuando inauguremos el distribuidor Tarabana en el que la gobernación está haciendo una inversión de 495 millones de bolívares, con el que se termina el proceso de mejoras de La Ribereña, que comprendió el de la Uruguay, Las Damas y Jirahara”, puntualizó.
Anunció que una vez terminen en esa arteria vial del sur de Barquisimeto reanudarán las obras en el norte, en las parroquias El Cují y Tamaca, donde la gobernación ha ejecutado algunas mejoras ya en servicio.