Al menos 2.297 periodistas murieron de forma violenta en todo el mundo desde 1990, 112 de ellos el año pasado, indicó este miércoles en su informe anual la Federación Internacional de Periodistas (FIP), con sede en Bruselas.
En 2015, tras los atentados contra el semanario satírico Charlie Hebdo, Francia ocupó la primera plaza de la clasificación, establecida por la FIP, junto con Irak y Yemen, cada uno con 10 asesinados.
«Estos informes anuales son mucho más que una simple lista de nombres de nuestros colegas asesinados. Se trata de nuestro homenaje a su coraje y al alto precio que han pagado millares de ellos, que han perdido su vida en el cumplimiento de su misión de informar y de concienciar al público», indica en el informe el presidente de la FIP, Jim Boumelha.
Sólo en 2015 mataron a 112 periodistas. El año más sangriento sigue siendo 2006, con 155 reporteros muertos.
La nota de prensa indica que en 2015 el continente americano fue la región más mortífera, con 27 periodistas muertos de forma violenta, seguida de Oriente Medio (25).
Muchas de estas muertes sucedieron en zonas en conflicto, pero no sólo en ellas.
«Muchos de ellos son víctimas de los barones del crimen organizado y de oficiales corruptos», indicó Anthony Bellanger, secretario general de la FIP.
«Una de las conclusiones recurrentes de nuestros informes es que se registran muchos más asesinatos en situaciones de paz que en países golpeados por la guerra», añade.
La observación queda confirmada por la clasificación de los 10 países más peligrosos para los periodistas en los últimos 25 años: Irak (309), Filipinas (146), México (120), Pakistán (115), Rusia (109), Argelia (106), India (95), Somalia (75), Siria (67) y Brasil (62).
Otro problema, apunta la FIP, es la escasa atención prestada a la violencia ejercida contra los periodistas. Según la federación, sólo uno de cada diez asesinatos es objeto de una investigación judicial.
«La falta de acción para erradicar la impunidad de los crímenes y otros ataques contra los profesionales de los medios continúa agravando la violencia contra ellos», indica la FIP.