El argentino Lionel Messi y el uruguayo Luis Suárez volvieron a resultar decisivos para el Barcelona el sábado al marcar los dos goles que permitieron al equipo azulgrana remontar y ganar 2-1 al Atlético de Madrid, tomar el liderato en solitario de la liga española y fortalecer considerablemente sus opciones de revalidar su título de campeón.
Jorge Resurrección «Koke» había puesto en ventaja al equipo rojiblanco a los 10 minutos, pero Messi niveló a los 30 y Suárez decantó definitivamente la balanza a los 38, dejando al Barsa con 51 puntos por la 22da fecha del torneo, y al Atlético, que acabó con nueve hombres por las expulsiones de Filipe Luis (45) y Diego Godín (64), segundo con 48 unidades.
Los azulgranas, que hilvanaron su 26to partido consecutivo sin perder y siguen invictos en su estadio en la temporada, tienen un encuentro pendiente en cancha del Sporting de Gijón, correspondiente a la 16ta fecha y programado para el 17 de febrero, y también cuentan con balance goleador favorable respecto al Atlético.
El equipo dirigido por el argentino Diego Simeone, que cayó eliminado el miércoles de la Copa del Rey y no ha ganado ninguno de sus cuatro últimos partidos, permitió dos tantos en contra cuando previamente solo había encajado tres a domicilio en la liga.
Suárez se distanció en la tabla de máximos cañoneros con su 19na diana del torneo y 31ra en todas las competiciones, mientras que Messi cuenta ya 12 y 21 para el Barsa, que mantiene intactas sus esperanzas de conseguir el triplete de liga, copa y Liga de Campeones por segunda temporada consecutiva.
Simeone reforzó el centro del campo, optando por Antoine Griezmann y Yannick Carrasco como dupla ofensiva, y el plan pareció funcionar de inicio, pues Saúl Ñiguez inició las hostilidades con un zurdazo envenenado buscando el rincón, tapado en última instancia por Claudio Bravo a mano cambiada.
Nada pudo hacer el arquero chileno, sin embargo, en el tanto inicial, impulsado con la diestra por «Koke» desde el corazón del área, tras cruce del veloz Carrasco y maniobra de atracción de Griezmann.
Cómodo sobre la cancha, el Atlético empezó a gustarse con el balón, rondando el área barcelonista, defendiendo la suya con el cuchillo entre los dientes, y rozando el segundo gol en zapatazo ajustado del argentino Augusto Fernández.
Pero el ímpetu rojiblanco se vio mermado con la primera tarjeta amarilla a Godín, excesivamente bravo en el marcaje a Suárez, quien arrancó la reacción local con un zurdazo angulado que repelió como pudo Jan Oblak.
Inclinada de repente la cancha, el empate llegó rápido y por la vía habitual de Messi, instintivo y voraz rematador de un pase raso de Jordi Alba, valiente en la incorporación desde el lateral y decisivo en la pausa y recorte sobre José Giménez, quien se venció al piso y facilitó la asistencia.
El central uruguayo no estuvo mucho mejor en el tanto de Suárez, pues permitió que su compatriota le ganara la posición en el área y cruzara un pelotazo de Dani Alves entre las piernas de Oblak.
Esperando reagruparse en la caseta, el Atlético empeoró su panorama al filo del descanso, cuando Filipe Luis vio la tarjeta roja directa por una patada sobre Messi en el mediocampo y dejo a su equipo con diez hombres.
Pese a ello, la reacción visitante fue meritoria en la reanudación, pues el omnipresente Carrasco centró un balón de oro que Griezmann remató acrobáticamente, solo para verse negado por Bravo, quien estiró lo justo el pie derecho para desviar a tiro de esquina.
La atajada resultó clave, pues evitó el repliegue definitivo del Atlético en busca del empate y permitió a Suárez seguir martilleando la defensa rojiblanca hasta provocar la segunda amarilla de Godín, acelerado en su intervencionismo y condenado a la expulsión.
La lesión de Fernández, retirado en camilla, confirmó la mala tarde del equipo de Simeone, que bastante hizo con evitar el tercer tanto en disparos de Alves y el ex rojiblanco Arda Turan.