Veo los libros que tengo sobre mi escritorio y en la biblioteca. Los de pasta, ya desgastada, que me han acompañado por años. Los de cubierta blanda que se han deshojado con el tiempo y su papel se ha vuelto amarillo y quebradizo.
Veo los libros que esperan desde hace años para ser leídos, los que nunca leeré y los que no puedo dejar de leer una y otra vez. Veo los que he dejado por la mitad por sosos y los que quisiera que no tuvieran final por lo bien escritos que están. Veo los que he comprado después de pensarlo mucho y los que he comprado compulsivamente, dejándome llevar por el instinto de lector. Veo también los libros que quisiera que todo el mundo leyera. Veo los libros que he vuelto a leer luego de muchos años, descubriendo que la magia inicial ha cambiado para bien pero a veces también ha desaparecido, como el reencuentro con una antigua novia con la que solo los recuerdos siguen hermosos y otras veces ni eso.
Veo los libros que están en la mesita de noche y que me acompañan en horas de madrugada cuando no logro dormir y no puedo oír el silencio de la noche por el rumor que tengo en el pecho. Veo los libros que pasan días en el piso, los que están en la mesa del comedor para hojearlos mientras espero que mi mujer me pongan la comida, veo los que están en la rinconera de la sala, los que están en el carro. También veo los que he regalado como quien entrega las llaves de la puerta a un paraíso por descubrir. Veo los que he prestado y me han devuelto y también los que no me han devuelto. Y hasta los que le he robado a mis amigos.
Amigos, amigos todos, pero ninguno me ha ayudado a entender el mundo ni a ser más sabio o más justo, más bondadoso o más caritativo. Tampoco me han ayudado a tener más disciplina y fuerza de voluntad. Tampoco me han enseñado a ser más dulce o ver la dulzura donde ella está ni me han dado más méritos para recibirla ni me han dicho como retenerla cuando la he encontrado.
Amigos, amigos todos, mensajes de otros tan angustiados como yo que después de tantos años todavía nos preguntamos que es la vida y como debemos vivirla.
Estimado lector: escribo acerca de este tema como una manera de darles y darme un descanso ante la imposibilidad, por hoy, de escribir sin repetirme o repetir a otros, acerca de tantos asuntos políticos que nos acogotan. Espero me disculpen.
