En el marco de la celebración de los 119 años del cine venezolano, la Red de Cines del estado Lara, realizó un foro en el que manifestaron “no hay muchas razones para festejar dicha fecha”, dado a la condición en la que se encuentran las salas de proyección del cine alternativo.
En el estado Lara, donde las proyecciones cinematográficas comenzaron a mediados de los años veinte, con la creación de los Estudios Cinematográficos Lara, de Amábilis Cordero.
Actualmente, en Lara no hay muchas razones para celebrar, porque los espacios destinados a la proyección de cine alternativo como el Cine Club Charles Chaplin y la Cinemateca de la ciudad han sido golpeados severamente por el hampa y aún no han podido recuperarse de los actos vandálicos de los que fueron víctimas.
Por un lado, el Cine Club Charles Chaplin, próximo a cumplir cuarenta años, apuesta por seguir proyectando títulos alternativos los días miércoles, sábados y domingos como la ha hecho siempre, haciendo un esfuerzo sobre humano en compañía de aliados que prestan equipos para que este espacio no cierre sus puertas.
Para Juan Luis Rodríguez, director del Cine Club Charles Chaplin, afirma que en el cine venezolano “se necesita más calidad que cantidad, deberían producirse más films como: La distancia más larga, Azul y no tan rosa o La casa del fin de los tiempos, que recién acaba de ser premiada”.
Por otra parte, la Cinemateca de Barquisimeto, no ha escapado de la delincuencia, pues el pasado 28 de diciembre, perdieron un millón seiscientos mil bolívares en equipos de proyección y reproducción.
Según Sonia Jaramillo, representante de la plataforma del cine y la fotografía del Gabinete de Cultura Lara, y miembro de la Cinemateca, “es un hecho grave que se pierda tanto dinero en equipos que han servido para proyectar películas independientes del cine latinoamericano y lo más complejo es que no sabemos cuándo se pueda recuperar todo lo que se robaron”.
El cine comercial, que en sí debería coexistir con el alternativo, pues el primero debería aportar para la realización de películas que reflejen la realidad de los pueblos latinoamericanos, no escapa de los problemas, tal es el caso del cine Rialto, que para este 2016 cumpliría 88 años desde la fundación del edificio.
Los espacios que sirvieron por tantos años para proyectar películas nacionales e internacionales, fueron vendidos a un empresario extranjero, pero gracias a una orden de paralización emitida por el Instituto de Patrimonio Cultural IPC, en el 2014 no ha sido demolido.
Según la periodista Adriana Ciccaglione, ciudadana que busca promover la cultura, defendiendo los espacios asegura que, “hay propuestas para recuperar los espacios del Cine Rialto y convertirlos en un área cultural, un espacio que merecen los barquisimetanos”.
Por su parte, Ciccaglione que lo único que frena estos proyectos es la falta de voluntad por parte de las autoridades competentes.