«El teléfono. Tu voz» eslogan de la Sip, operadora única del sistema telefónico a finales de los años setenta.
¿Porque el tono de voz en público cuenta más que aquello que se dice?
Timbre y pausa golpean al doble de las personas con respecto a los contenidos.
El eslogan de la Sip, permaneció en la memoria, por aquel implícito reclamo a la magia y a la sugerencia de la voz. ¿Quien, aún hoy, escuchando en el teléfono timbres profundos o suspiros, no ha nunca fantaseado de tener al otro lado del teléfono un Brad Pitt o una Angelina Jolie?
Raramente los resultados en vivo, mantienen después las promesas, pero en cualquier caso la voz conserva un rol fundamental no solo en el imaginario emocional, sino incluso para inspirar o aplastar carreras. Pareciera que en el ambiente de trabajo, volumen y cualidad del tono vocal resultan más decisivos que el contenido. Es como decir que funciona mejor el envoltorio que el paquete.
Todo esto lo confirma la investigación de una compañía de comunicación del estado de Texas, recuperada por el Wall Street Journal, que le ha preguntado a un grupo de 1.000 personas de escuchar y evaluar los discursos y relaciones de 120 dirigentes de empresas. El 23% de los oyentes ha indicado que la voz es el arma ganadora para capturar la atención mientras que solamente el 11% ha valientemente privilegiado la palabra y conceptos. Tras los otros elementos a seguir están, el encanto del ponente y la pasión demostrada durante su show.
¿Otro melancólico triunfo de la forma sobre la sustancia? ¿ De la seducción sobre la eficiencia? Nadie lo toma así. Incluso porque no faltan reintentos. El Journal of Voice por ejemplo ha publicado un estudio que explica como voces muy fatigadas, duras o jadeantes vienen asociadas a charlistas pasivos, débiles, agitados. En definitiva perdedores aunque fueran genios auténticos.
Dentro de las reglas más evidentes están en primer lugar el estar atento al volumen ya que de la voz podemos sacar datos no auditivos gracias a los cuales seremos capaces de construir una imagen de la persona a la cual pertenece. Es fundamental prestar atención al timbre y al tono de la propia voz, aquella óptima tiene un volumen medio bajo. Hay que poner atención al ritmo ya que para que venga atribuida credibilidad a una voz es importante no solo la tonalidad, cuentan muchísimo también el ritmo de la expresión y la pausa. A una voz profunda con la pausa justa le viene atribuida mayor Autoritas. Por otro lado es necesario aprender a escucharse, ya que las personas no advierten la propia voz de la misma manera que viene escuchada de los demás. El primer paso para lograr modular y por tanto aquel de aprender a reconocer sus propios tonos, timbres y colores, es ayudándose de una grabadora. Finalmente debemos entender que el aliento ayuda, por tanto para aprender a hablar en modo correcto es fundamental lograr controlar el propio aliento; la respiración diafragmática, utilizada por cantantes y músicos, permite obtener un tono de voz armonioso.
Resta entender si existe un símbolo de la voz más bella de todos los tiempos. Existen muchos pero es justo recordar que el sobrenombre de la La Voz, pertenece solamente a Frank Sinatra.
Definitivamente, la clave está en encontrar el equilibrio justo entre el tono y el volumen, como cuando se toca un botón especial en el stereo. Regla de oro sería un tono alto, pero nunca dura o con el efecto devastador de la tiza en la pizarra.
