Una situación irregular se habría presentado en días recientes en un supermercado de Barquisimeto ubicado en un centro comercial de la avenida Libertador. En momentos en que fue abierto al público, la gigantesca cola de personas esperando para adquirir sus productos, irrumpió de manera masiva al lugar, pasando por sobre los guardias nacionales armados, quienes se quedaron como en la cédula. No hubo saqueo ni hechos violentos que lamentar, porque privo la sensatez. Los empleados y los guardias no ofrecieron resistencia y permitieron que los ciudadanos comprasen lo que quisieran y en las cantidades que quisieran, sin alcabalas dactilares ni restricciones de ninguna naturaleza…
Es obvio que el país se encuentra en una muy seria situación de pre-colapso social y económico. Estamos frente a una mecha encendida que avanza progresivamente rumbo a una carga nuclear de millones de kilotones. Las reservas internacionales son precarias y los fondos operativos alcanzan solo para el primer trimestre del año. Es decir “No hay plata”. No hay producción nacional, no hay dólares para importar insumos para la industria, ni mucho menos existen dólares para importar alimentos. Los créditos internacionales están cerrados para una economía con las características nuestras, en el entendido que ha quedado totalmente develado el objetivo de dominación de un modelo económico absolutamente restrictivo y ruinoso. Los controles, las confiscaciones, las expropiaciones y la corrupción voraz permitieron mantener el barco a flote, gracias a una bonanza petrolera, que todos sabían no sería eterna y sin tomar las previsiones necesarias. Sin embargo, el gobierno continúa empeñado, luego de 17 años de fracaso, en mantener el rumbo suicida que, de no tomarse las acciones correctivas requeridas, terminara por hundirnos a todos…
Pretender a estas alturas del partido, mantener la crisis en secreto de estado, es tan torpe como continuar con el discurso de izquierda populista para mantenernos prisioneros ideológicos de nuestra propia destrucción. El país tiene que dar un vuelco de 180º. El gobierno sabe que, solo, no podrá sobrevivir a esta grave situación. La oposición también debe entender que el dialogo es el único camino pertinente para salvarnos de una catástrofe. El gobierno está obligado a dar señales de rectificación para que los órganos internacionales y países amigos puedan prestarnos auxilio. Si no lo hace… tendrá que irse.
Mis comentarios:
-El terror infundado al dialogo con el gobierno, para no corresponsabilizarse del desastre, tiene paralizado a gran parte de la oposición venezolana.
-No es tiempo de guardar distancias. Es tiempo de asumir responsabilidades y retos.
-El gobernador Falcón, sin complejos de ninguna naturaleza, se incorporó al consejo de economía productiva para decir las verdades que el país espera.
-Henri Falcón y Henry Ramos Allup, parecieran ser los únicos en entender la necesidad de diálogo que permita salvar a Venezuela del desastre.
-Allup se las cantó clarito al propio Maduro en la Asamblea Nacional. Y ahora Falcón se las cantó clarito al gobierno en el consejo de economía productiva.
-Vemos con agrado la reciedumbre y la sensatez de los Henri. Pareciera que el país se inclinará por Henri en el futuro. ¿Cuál de los dos?… no sabemos???
…La justicia protege los pasos del hombre recto, la malicia causa la ruina del pecador… (Proverbios 13:6)