Ante las críticas de sectores oficialistas a declaraciones de monseñor Antonio López Castillo, los laicos perteneciente a la Arquidiocesis de Barquisimeto, Abelardo Riera Zubillaga, Joel Rodríguez Ramos, Emilio Urbina, Julio Anzola Delgado, Yuyita de Chiossone, Jorge Euclides Ramírez, Pablo Chiossone Anzola, suscribieron un acuerdo en apoyo a la autoridad religiosas.
En el documento se cita que “frente a quienes critican las palabras pronunciada por el arzobispo de Barquisimeto, excelentísimo Antonio López Castillo, un grupo de católicos de esta Diócesis comprometidos con la verdad, queremos recordar que nuestro pastor y guía espiritual al asumir la defensa del pueblo, bajo condición de necesidades extremas conocidas por todos nacional e internacionalmente, simplemente estaba cumpliendo con una obligación católica, ya que así lo instituye la Constitución Pastoral Gaudium et Spes (Gozos y Esperanzas) aprobada por el Concilio Vaticano II”.
Asimismo, manifiestan que esta posición y conducta de nuestro arzobispo es además fiel expresión de la posición y conducta que han asumido los obispos Latinoamericanos según consta en los documentos aprobados en las Conferencias Episcopales celebradas en Medellín, Puebla, Santo Domingo y Aparecida, en las cuales nuestros guías espirituales han expresado con absoluta nitidez el compromiso católico de todos quienes integramos esta comunidad de creyentes.
Señala el documento que “en su obligada actitud como pastor de la grey católica larense, el arzobispo López Castillo elevó con la valentía propia de un Soldado de Cristo, sus sinceras plegarias para la intercesión de nuestra santísima Virgen María ante tanto corazón blindado por la mezquindad, el sectarismo, la idolatría humana y la ceguera desconocedora de una lacerante realidad venezolana. Tan igual como el viejo liberalismo del siglo XIX y el materialismo dialéctico del XX; las doctrinas de la felicidad colectivista del siglo XXI repiten el error maniqueo cuando buscan dividir nuestro pueblo en dos sociedades”.
-La palabras de monseñor Antonio López Castillo invitando a los corazones y mentes de quienes hoy gobiernan, para llamarlos a la reflexión y corrección de errores securalizantes; es la manifestación de lo que en la historia de occidente se denomina la Doctrina Social de la Iglesia (DSI). Esta última, como ha sido ratificado en cada uno de los documentos papales desde 1891, no es una ideología que influye jerárquica y coactivamente en las diferentes expresiones intelectuales y de acción del pueblo de Dios.
La DSI, en pocas palabras, es una enseñanza estructurada cuyo objetivo cristiano es la denuncia sobre los diferentes problemas sociales que trascienden de los sistemas que pudieron devenir en injustos e inequitativos. Además propone la DSI ideas y directrices alternativas para conjurar toda fuente de inequidad social, así como los factores distorsionantes de los diversos órdenes sociales que atenten contra la Dignidad de la Persona Humana.
El grupo de larenses plantea que “la invocación y la denuncia de Monseñor Antonio López Castillo ante el desgarrador viacrucis en que han convertido a Venezuela quienes debían transformarla en lo más cercano a un paraíso, es el cumplimiento de una tradición de obispos venezolanos que en otros tiempos también alzaron su voz contra la opresión, el desaliento y las desviaciones que olvidan lo que Maritain denominaba realidad superior de persona sobre las ideologías”.
-Como reflexión final y contestación ante la infamia, el error y el empleo de epítetos abyectos contra Monseñor Antonio López Castillo, la homilía no estaba enfilada hacia el apoyo de ninguna oferta partidista venezolana o foránea, antes bien fue un llamado transparente, honesto y sincero a la concordia institucional y convivencia republicana.