17 años después se les ocurre declarar la emergencia economía que ellos mismo han creado. Verdugo no pide clemencia.
Hoy se renueva el espíritu del 23 de enero, espíritu unitario, democrático. Ese 23E de 1958 el pueblo venezolano derrocó una dictadura militar. La actitud decidida del pueblo hizo que los militares depusieran al tirano. Las FAN perezjimenista dejaron de serlo. Se daba comienzo al período democrático más largo de la república. Con todos los errores que se le puedan endilgar a ese periodo, la Venezuela de 1958 no tiene nada que ver con la Venezuela de 1998. 40 años de progreso, de convivencia, de tolerancia, de ejercicio pleno de la democracia y de todos los derechos ciudadanos. Pasamos del oscurantismo de la dictadura a la luz de la democracia. Igualmente ahora afirmamos que la Venezuela de 1998, la alegre y progresista, no se parece a la de 2016, una Venezuela triste, dividida. La Venezuela de 2016 es la de la oscuridad, la violencia, el totalitarismo. Para los demócratas, los que creemos en la democracia como sistema de gobierno, los que la sentimos y la practicamos, este 23 de enero de 2016 tiene un significado muy especial. Una luz se ha encendido. El 6D el pueblo, ese glorioso pueblo que salió a las calles el 23E-58, de nuevo salió a las calles a exigir sus derechos, su derecho a vivir en democracia, en libertades plenas, en unidad y respeto. Uno de los poderes secuestrados, el Legislativo, se emancipó del yugo castro- comunista- chavista- madurista- caballista. El cambio ha comenzado. Hemos visto cómo se ha comportado la nueva AN. En apenas unas dos semanas se han hecho mucho más cosas que la anterior en un lustro. El presidente de ese poder le dijo en su cara, con respeto pero con firmeza, las verdades al presidente del poder ejecutivo. En estos momentos se discuten cosas de vital importancia en su seno, entre ellos un decreto de emergencia económica que otrora hubiese sido despachado en horas.
Ministros están siendo llamados a explicar conductas de dudosa legalidad. Las comisiones han iniciado su trabajo. Con seriedad, con transparencia. Sin posiciones retaliativas, sino con el deseo de encontrar la verdad sobre cuestiones de interés público. Varias leyes se han introducido para su debate. Debates públicos para que el país se entere y pueda opinar libremente.
No importa que en algunos momentos nos haya pasado la fecha del 23E por debajo de la mesa. Hasta hemos visto, perplejos, como la oprobiosa fecha del 4 de febrero sustituía la gloriosa fecha del 23E. Pero hoy, más que nunca tenemos que recordarla, celebrarla y sobre todo rescatarla. Esa fecha nos pertenece a nosotros. A los hombres y mujeres que siempre hemos creído en el diálogo, la tolerancia, el desarrollo, el progreso, la convivencia, la institucionalidad. No le pertenece a aquellos que alzaron las armas que les había confiado la república en contra de un gobierno democrático. No le pertenece a aquellos que por medio de la violencia han querido imponer sus ideas. No le pertenece a aquellos que ensangrentaron el país, que inmolaron inocentes. Tampoco le pertenece a aquellos que bajo la bandera de ideales foráneos y extraños trataron de derrocar gobiernos democráticos, con guerrillas importadas. No le pertenece a aquellos que asesinaron policías y guardias nacionales.
Por eso este 23E debemos acompañar la convocatoria que hecho por la MUD para celebrar nuestra fecha magna. Todas las organizaciones políticas, empresariales, de trabajadores, campesinas, universitarias, profesionales, estudiantes, amas de casa, juveniles, asociaciones civiles, el país democrático todo, debemos plenar las calles de la Venezuela que comienza a transitar el cambio. El 23 de enero es fecha nuestra.