El 23 de Enero de 1958 está presente y aconseja el 6 de diciembre de 2015 para que no permita cambios de fondo, dice el Dr. Agustín Blanco Muñoz, historiador y docente universitario, en entrevista telefónica para EL IMPULSO. En su opinión el seis de diciembre es todavía un enigma.
No hay cambios de fondo
Al cumplirse 58 años del fin de la dictadura de Marcos Pérez Jiménez, le preguntamos: ¿Cuál es el balance que se podría hacer sobre el destino que ha tenido Venezuela en sus principales aspectos: políticos, económicos y sociales?
-El balance de lo que genéricamente se ha calificado como democracia (1958-1998) y revolución (1999-2016) es complejo. Sin embargo, es posible establecer algunas pinceladas a partir del análisis de la situación por la cual atraviesa hoy una Venezuela convertida en un ex país.
Estamos ante una realidad anclada, que se mantiene esencialmente en un mismo círculo. Así el 23 de enero de 1958 está presente y aconseja al seis de diciembre de 2015.
Fechas que no marcan
-¿Eso quiere decir que el 23 de Enero del 58 no se inicia una nueva historia?
-A casi seis décadas del 23 de enero de 1958, luego de 40 años de lo que se llama democracia, con lucha armada, torturas, asesinatos, masacres, secuestros, presos políticos, persecución, limitación de la libertad de expresión y grandes beneficios para la banca, la industria, el comercio y los ingentes intereses extranjeros derivados de la renta petrolera, nos conseguimos con lo que muchos ven como un punto de quiebre, que no es tal. Los 40 años del puntofijismo no conforman una nueva historia.
¿Existe esa posibilidad a partir del 6-D?
-El 6 de diciembre es todavía un enigma. El primer sorprendido del abrumador triunfo fue la MUD. El PSUV perdió hasta en zonas emblemáticas como el 23 de Enero, de Caracas, que es sede de sus colectivos: o en Barinas tierra del comandante eterno. Pero en las calles no se vieron las camisas rojas ni los colectivos motorizados del choque. Esto discurre como una derrota que sorprende a muchos pero que puede haber tenido alguna interesante planificación.
El 6 de diciembre de 2015 no se pone a prueba una fuerza diferente a la que prevalece a lo largo de la llamada cuarta república. Lo que se conoce como revolución o socialismo del siglo XXI no es más que la continuación por otras vías de la república anterior. De aquí la circularidad y el anclaje. 58 años después no hay aquí una ruptura con el proceso invasor reinante.
La democracia por aparecer
¿Por qué no hemos podido desarrollar una democracia que haya permitido a la población valorizarse y no depender del Estado, que se ha encargado de potenciar el populismo?
-En esta Venezuela, como en muchas otras partes, no se ha conformado una verdadera democracia, y ni siquiera se ha logrado aprehender ese concepto. La democracia griega es la cuna del gobierno del pueblo. Pero ¿cómo evadir la contradicción de una democracia que tiene esclavos en su seno?
De origen esa democracia se inscribe en la desigualdad, en el engaño que se va a alimentar de manera permanente por muchas vías, para ofrecer supuestos beneficios a las mayorías. Un populismo dirigido a la compra-venta de conciencias, la creación de supuestos valores de democracia, libertad e igualdad que sólo han existido a nivel del discurso o declaraciones oficiales. La democracia, en definitiva, es una institución por aparecer.
El drama de las colas
¿Cómo se explica que llevemos tres años consecutivos de colas para conseguir alimentos y no haya una reacción que obligue al gobierno a cambiar sus esquemas económicos?
-El esquema económico prevaleciente en el último siglo de esta golpeada Venezuela está determinado por la renta petrolera. Desde su surgimiento se inicia un proceso de dependencia que no hace sino crecer. Con la riqueza petrolera se inicia un nuevo modo de vida que tiene su punto central en las importaciones, la economía de puertos. Es decir, en producir y vivir de la renta petrolera.
El uso fácil, populista y al servicio de la corrupción de los dólares petroleros, deja a un lado la necesidad de otro tipo de producción. Desde la década de los ’30 comenzó a hablarse de industrialización y no faltaron planes y políticas como la que se instrumenta a partir de 1958 para la sustitución de importaciones. Pero estas acciones en su mayoría se quedan en el otorgamiento de beneficios al captpor la vía de sus subsidios y a la corrupción de sectores oficialistas.
Ya para fines de los setenta la cuestión quedó en el olvido. Hoy la falta de producción se junta a la corrupción existente en un Estado que dice mantener en alto los niveles en la inversión social pero que paralelamente denuncia lo que denomina: agotamiento del modelo rentista-
Pero ¿qué significa eso de agotamiento del modelo rentista petrolero?
-Es muy sencillo: ya no hay los ingresos petroleros suficientes para atender la demanda de la creciente corrupción, el reparto para obtener apoyo internacional, el populismo para ganar adeptos al socialismo del siglo XXI, pagar la deuda interna y externa, atender la inversión social o pensar en impulso de la producción. Y ese agotamiento está en la base de la destrucción de lo poco que había como aparato productivo.
Utilización de la renta petrolera
¿Cómo se llegó a esta situación?
-A lo largo del período petrolero se ha planteado la necesidad de utilizar el recurso perecedero en la formación de estructuras económicas permanentes, perdurables en el tiempo. Esto ha llevado a los gobiernos venezolanos en diferentes momentos a adquirir deudas para unas supuestas inversiones productivas que han ido a parar al gasto corriente y que a la larga caen en el rubro de cuentas impagables. Nuestro Estado se afilia entonces a una deuda con el capital nacional y otra con el capital extranjero, lo que acrecienta las formas de dependencia. Y de esta manera la renta petrolera ha sido y es, altamente productiva para los altos intereses del capital y la corrupción. El reparto y negocio de esta renta ha sido puntal en el destrozo-destrucción de este expaís.
El poder del dólar
¿Estamos ante un cuadro insuperable en el corto y el mediano plazo?
-Aquí, como en cualquier economía no autónoma, todo lo maneja el dólar y cada vez se requiere más de ellos para satisfacer la demanda que reclama la satisfacción de las necesidades colectivas. Y una baja de precios del petróleo produce un desbalance que hay que cubrir con la consabida deuda. El círculo deuda-ausencia de producción-deuda sigue y seguirá abierto determinando cada vez más precariedad, escasez y angustia.
Este no es un fenómeno nuevo. El 27de febrero de 1989, ante la gran presión del binomio baja producción-deuda, se apela a la “ayuda” del FMI que exige el sacrificio de buena parte de los llamados beneficios populares, que constituyen el arma del populismo. Es la hora de “el gran viraje”: la economía regida por el capital para beneficios del capital y que pone a un lado la injerencia o protagonismo del Estado. La revuelta social puso fin a buena parte de las medidas que se pensaba establecer para lograr el “equilibrio económico”.
En los tiempos de la llamada revolución el binomio producción-deuda se acentúa desde el momento en el cual se produce una baja del 70% o más en los precios del petróleo. Faltan recursos para las importaciones indispensables para satisfacer las necesidades colectivas y cumplir con el pago de la deuda. Se garantiza así la continuación de la escasez y las colas.
Salir del atolladero
¿La declaración de emergencia económica no cambia ese panorama? ¿Seguirá el gobierno con la política de rechazo a la solicitud de toda ayuda al FMI para que no se le considere neoliberal?
-Mire, lo que se nombra como emergencia económica no es un cambio en la posición política del gobierno para obtener una afiliación directa y salvadora con el FMI. Para la fecha hay una disposición que apunta hacia el pago de la deuda. Y allí irán a tener recaudos como los que corresponden al impuesto al valor agregado (IVA). Y es evidente que adquirir nuevas deudas sin planes concretos de producción es jugar a una mayor entrega y hundimiento de este ex país.
Si se contrae más deuda para pago de deuda, mantener la corrupción y todo tipo de malversación, el juego se trancara más y seguirá el anclaje económico.
-¿Eso significa que el plan de emergencia económico desde un principio está fracasado?
-Tenga la seguridad que sólo y en el caso de que se produzca una innovación en el plano del pensamiento económico, capaz de impulsar otra realidad, se podrá salir del atolladero en el cual nos encontramos.
-¿Usted se refiere a un pensamiento o planes distintos a los neoliberales que maneja el FMI?
-Sí, exactamente. Mientras el problema se quiera debatir entre fondo-monetarista y anti-fondo-monetaristas seguiremos en el mismo drama o tragedia. Es decir que si los intentos de economía estatista expuestos en el programa del tal socialismo del siglo XXI siguen unidos a la posición neoliberal que le lleva a las mejores relaciones con el mercado norteamericano, y no hay capacidad para utilizar los recursos de capital que provienen del FMI, para la producción, y no de la corrupción, seguiremos en presencia de la misma experiencia fracasada. No es verdad que socialismo y capitalismo han traído beneficios a la humanidad. Y hoy, caído el llamado modelo socialista, el mundo actual está mayoritariamente controlado por el FMI.
Entonces, profesor, ¿qué habría que proponer?
En este momento se habla de impulsar una “cultura del trabajo” que sustituya la “cultura populista” o compra al detal y al mayor de la conciencia popular. Si esto tiene algo de verdad, tal vez se debería comenzar por algo que en los años noventa le propusimos a Hugo Chávez cuando trabajábamos en el libro Habla el Comandante.
Decíamos entonces que el primer decreto de un gobierno que se considerara nuevo debía ser declarar en el país una emergencia productiva y hacer planes inmediatos para incorporar a toda la población a sus programas. Es decir, ganar la población en general para participar en la construcción de un país que a todos pertenezca.
Si existe un capital humano formado y dispuesto para la producción, se podría hablar entonces de un terreno abonado para la incursión en situaciones económicas que podrían ser manejadas adecuadamente por esa población en plan productivo. De este modo una deuda puede ser ahora un instrumento para impulsar una economía y obtener buenos beneficios, si es que se da por descontado que queda atrás la posibilidad burocracia-corrupción.
A esta crisis económica se agrega ahora esta política de enfrentamientos de poderes. Maduro dijo que no habría cohabitación en un país ingobernable.
Creo que el enfrentamiento de poderes es creciente. El 6D las oposiciones se sorprenden por los resultados obtenidos y suponen que se les aplicará el conocido expediente del fraude-trampa. Pero a la hora en la cual Tibisay Lucena da los resultados irreversibles, lanzan la tesis de que todo se debe al general Padrino López, quien se habría enfrentado al régimen y en particular a Diosdado Cabello y Maduro, para impedir el fraude.
Voceros calificados de la MUD, Ramos Allup, Julio Borges o “Chúo” Torrealba le piden al mismo ministro que les garantice la instalación de la AN. Pero el 4-E el alto oficial califica a los peticionarios de manipuladores y les recuerda su posición militante en la revolución dada su condición de bolivariano, chavista y antiimperialista. Desde ese momento se esfuman las menciones y adulancias al ministro de la defensa. El 15E Ramos Allup critica en la AN la posición política de la FANB. Y el ministro le responde que la Constitución no obliga a la institución a ser apolítica. La confrontación MUD-militares-gobierno crece. Sin embargo, no hay razones para negar en forma tajante que se pueda producir acuerdos salvadores que recuerden al Pacto de Punto Fijo o sus similares, todo en nombre de la continuación del reparto de la renta petrolera.
¿Pudiera desatarse una ola de violencia?
-En un primer e inmediato escenario, nuestro cuadro histórico parece encaminarse hacia la profundización de la guerra civil de facto. Pero no hay que descartar la concertación. Estamos ante dos actores con relaciones buenas o llevaderas con el poder superior internacional. A USA no le ha faltado ni un día el suministro de crudo. Las rencillas planteadas no marcan ruptura y Cuba parece estar en el centro para mejorar esas relaciones entre sus dos amigos y favorecedores. A lo interno nos conseguimos con el affaire del 15E.
Dos revoluciones
-Desde el año 2004 se declaró la existencia de dos revoluciones en una, con la misma suerte y destino. Desde entonces formamos parte de Venecuba. Atrás quedó aquel país llamado Venezuela.
¿Es por eso que usted habla de una Venecuba?
-Hablo de expaís por eso y porque aquí el llamado proceso revolucionario se ha encargado de llevar la destrucción a extremos impensados. El cuadro institucional está materialmente desaparecido y por todas partes se aprecia una simple resaca de lo que tenía, al menos, como una formalidad y programa o esperanza de país. Hoy todo esto parece estar totalmente desdibujado.
¿Está surgiendo un nuevo liderazgo?
-Este es un tema muy polémico. Apenas le adelanto que si se afirma que aquí hay un nuevo liderazgo, no es del todo comprensible que la MUD y la directiva de la AN esté en manos de dirigentes de la república anterior. Y no es que se les subestime sino que no se ve en ellos la posibilidad de convertirse a esta hora en actores de una nueva política para una nueva historia. ¿Ha habido relevo de dirigentes en nuestros partidos políticos? ¿Y quiénes se presentan como nuevos líderes exhiben nuevas ideas, una nueva concepción de la sociedad, la historia y la política?