Las economías de América Latina y el Caribe mantendrán este año el crecimiento negativo promedio de 0,3% experimentado en 2015, pronosticó el viernes el Fondo Monetario Internacional.
Alejandro Werner, economista jefe del FMI para América Latina, señaló que será la primera vez que la región experimentará dos años consecutivos de contracción económica desde la crisis de deuda externa en 1982-83 que dio lugar a la llamada «década perdida».
Werner basó su proyección negativa en las dificultades que atraviesan Argentina, Brasil, Ecuador y Venezuela, ya que la mayoría de los otros países en la región seguirán creciendo, aunque de manera moderada. El funcionario calculó que el marcado descenso de los precios de las materias primas ha significado pérdidas en los ingresos por exportación estimadas en 200.000 millones de dólares para las siete principales economías latinoamericanas.
El FMI proyectó que la economía de Venezuela caerá 8% en 2016 tras haberse contraído 10% en 2015, protagonizando el tercer mayor descenso en el planeta durante el año. Además pronosticó que la inflación en ese país se disparará este año a 720% tras alcanzar en 2015 la tasa más alta del mundo (275.
Por otro lado, Werner proyectó que Brasil decrecerá 3,5% en 2016 después de caer 3,8% en 2015, la contracción más pronunciada del gigante sudamericano desde 1981-83.
El FMI indicó que en Brasil el desempleo ha crecido considerablemente y la inflación se ubica en niveles de dos dígitos debido principalmente a una combinación de fragilidades macroeconómicas y a los escándalos de corrupción que involucran a políticos y empresarios.
El organismo multilateral prevé una recesión para Ecuador y Argentina. Las perspectivas de crecimiento a mediano plazo en este último país han mejorado debido a lo que consideró «una importante transición» del nuevo gobierno del presidente Mauricio Macri para corregir desequilibrios y distorsiones.
Chile (2,1, Colombia (2,7%), Perú (3,3%) evitarán la contracción de sus economías gracias a la combinación de políticas como la adopción de grandes depreciaciones del tipo de cambio, la consolidación fiscal paulatina y políticas monetarias acomodaticias.
Werner espera que México (2,5 siga recuperándose a ritmo moderado gracias a una «vigorosa demanda interna privada» y a los efectos de contagio de la fortaleza económica de Estados Unidos, cuyo crecimiento el FMI estima en 2,6%.
Los países de América Central crecerán a 4,2% beneficiados por la caída de los precios del petróleo, un crecimiento más vigoroso en Estados Unidos y el incremento de las remesas.
«En un contexto mundial que, según se proyecta, seguirá débil, prevemos que la región crezca a paso lento durante un período prolongado», escribió Werner. «Las perspectivas regionales sólo comenzarán a lucir más prometedoras cuando los desafíos internos que sufren las economías que actualmente se están contrayendo se hayan resuelto».
Werner dijo que Latinoamérica sigue siendo particularmente vulnerable a una desaceleración mayor que la prevista en China, a nuevas caídas de los precios de las materias primas y a un mayor deterioro de la situación en Brasil, porque podría provocar una menor demanda entre los integrantes del Mercosur.
El FMI ya había reducido esta semana sus proyecciones de crecimiento global para 2016, ajustándolas en 3,4% tras haber proyectado 3,6% en octubre.