A los conductores usureros no les importa quedar como irresponsables y arriesgar la vida de los usuarios, con tal de recibir 20 bolívares más y llevar a las personas hasta en el techo si es posible.
Las busetas tienen una capacidad máxima, incluyendo a las personas que pueden llevar de pie, pero la realidad económica los lleva a montarlos a todos hasta más no poder, aún cuando la unidad se está yendo hacia a un lado por todo el peso.
Por si fuera poco, van a una velocidad tan rápida como si no tuvieran pasajeros y el vehículo totalmente liviano.
Hay que hacer algo para controlar a estas personas y la capacidad máxima, porque no es justo que la vida de las personas dependa de un tubo al cual pueden sujetarse con una sola mano y la mitad del cuerpo fuera del autobús.
Este caso con el ruta 10 me lo envió Diana Garmendia, a través del WhatsApp, incluyendo la foto en donde se ven dos personas saliéndose de la buseta y no porque fueran a bajarse, sino porque no había más espacio.