Muchos acontecimientos comenzando enero. Barquisimeto se inicia con la tradicional visita de la Divina Pastora. La de este año es la número 160. Inserta, además, en le ruta de la misericordia que este año ha proclamado el papa Francisco. No hay barquisimetano que se quede en su casa un 14 de enero. Ríos inmensos, cada año más grandes, de personas alrededor de la Virgen. Todas las calles resultan pequeñas. Es un día de fiesta, de fe, de súplica, de hermandad, de amor, de unión y de esperanza. Cada vez que veo la imagen de la Divina Pastora me parece más hermosa, me invita a la devoción y al amor a su Hijo Jesús.Este año me pareció que su paso fue muy rápido. Me explican que no es bueno que tarde tanto porque oscurece temprano. Por eso busco otro día, un momento más tranquilo para rezarle con calma, serenamente, sin distracción. Gracias a Dios por esos regalos tan hermosos que nos ha dado a los barquisimetanos, unos crepúsculos llenos de ensueños y colores y esa bella advocación de su santa madre, que acá llamamos Divina Pastora. Salve Reina del universo, “más que tú, sólo Dios”.
Otro acontecimiento, distinto, muy distinto al de la procesión, lo constituyó la presentación de la memoria y cuenta que el Presidente de la república presenta anualmente ante la Asamblea Nacional. Este año estuvo lleno de dudas por el contundente triunfo opositor en las elecciones del 6D. Incluso llegó a pensarse que Maduro no iría, que enviaría al nuevo Vice-presidente. Pero el artículo 237 constitucional es muy claro y no deja lugar a interpretaciones. Debe ir personalmente y la cuenta se rinde ante la Asamblea Nacional.Y el Presidente fue. Oímos casi cuatro horas de interminable perorata, llena de inexactitudes, por no decir mentiras, llena de una visión sesgada y equivocada de lo acontecido y de lo que acontece en el país. Quizás lo único sincero fue el reconocimiento de que hay una catástrofe económica, pero cuyo único culpable, según Maduro, es la “guerra económica”. Se negó a una amnistía para los presos políticos, olvidándose que Chávez y muchos de los que estaban sentados en la bancada oficialista esa tarde, fueron beneficiarios de un perdón que la democracia les dio a pesar de atentar contra la misma democracia y de ser verdaderos culpables de muertes de inocentes.
A las palabras de Maduro respondió Ramos Allup, nuevo presidente de la Asamblea Nacional. Respuesta breve, no tardó media hora, certero, profundo, mordaz pero respetuoso, inteligente, abarcó todos los temas. En el económico lo batió contra el suelo y sobre las figuras de Bolívar y Chávez retiradas del Palacio Legislativo fue muy claro y contundente. Acá sólo estarán la bandera, el escudo de armas y el cuadro clásico de Bolívar, el de José Gil de Castro. Más claro no podía ser.