Autoridades del Servicio Penitenciario apoyan las cárceles con régimen, pero no se han preocupado por aquellas de régimen abierto, en donde aún el hampa manda, en donde los delincuentes negocian armas, droga, vehículos y hasta la vida de personas.
Son precisamente estos recintos penitenciarios, los que concentran la mayor cantidad de población penal y en los centros de coordinación policial.
Iris Varela, ministra del Poder Popular para el Servicio Penitenciario asegura que el 90 % de la población penitenciaria se encuentra bajo régimen penitenciario. Humberto Prado, director del Observatorio Nacional de Prisiones manifiesta que solo el 40% se encuentra en poder del Estado, y según sus estadísticas la población penal alcanza los 50.000.
Tocuyito en Carabobo, Tocorón en Aragua, La Cuarta en San Felipe, Cepella en el estado Portuguesa, La Pica, Puente Ayala, Apure, San Antonio, son penales que tienen una cantidad importante de reclusos y no tienen régimen penitenciario, al igual que El Dorado, solo una parte está tomado por el Estado, como la PGV y Los Pinos. Además habría que enumerar los centros de coordinación policiales y las comisarías que están llenas de privados de libertad.
En el Comando Nacional Antiextorsión y Secuestro (Conas) que funcionan en el país, las llamadas que reciben las víctimas de estos delitos provienen de una cárcel, son más del 50 %, al igual que las cuentas que utilizan algunas personas tienen que ver con privados de libertad.
Conas Lara, en lo que va de 2016, han manejado aproximadamente 30 casos de extorsiones. En una cantidad importante, la negociación venía del penal. Entre las investigaciones salieron a relucir penales como La Cuarta de San Felipe y Cepella de Guanare, cárceles en donde se encuentran muchos larenses.
De esas treinta extorsiones al Conas, nada más se han denunciado formalmente unas diez, de las cuales se le han dado respuesta a siete y se han detenido diez personas involucradas en estos delitos.
Según explica un funcionario de dicho organismo que no quiso identificarse, son distintos los modos operandis de estos delincuentes. Los autores del delito llaman, se identifican que son de los penales y negocian por algún vehículo que fue robado. Otras amedrentan a las personas averiguando un poco de su vida y las amenazan, les solicitan cierta cantidad de dinero, de lo contrario acabarán con su vida. Así mismo lo hacen pero indicando que la víctima será secuestrada o algún miembro de su núcleo familiar, de igual forma hacen ofertas engañosas y hacen que les depositen en cuentas bancarias.
Lo cierto es que los delincuentes aplican el psicoterror, juegan con sus víctimas hasta el punto que caen. “Lo que las personas tienen que entender es que estos sujetos están tras las rejas y no pueden hacer nada, al recibir una llamada de este tipo deben denunciar”, comenta el especialista.
Durante el 2015, el Conas resolvió 92 casos de extorsión.
