Medina disfruta su regreso

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Manuel “El Gato” Medina tiene escritos capítulos dorados en la historia de la Vuelta al Táchira. Es, ni más, ni menos, ganador de tres títulos, referencia importante dentro de los últimos tiempos en la competición. Pero en la versión 2016 no ha sido aquel corredor dominante, acostumbrado a ser protagonista y siempre estar en la lucha por el título.

Claro que no es una situación para alarmarse. No es algo que genere sorpresa. Medina estuvo inactivo por un periodo de dos años, a causa de una sanción, y es normal que le cueste retornar al nivel que tenía antes del parón obligado, mucho más cuando se trata de un pedalista que está pisando los 40 años.

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Más allá del resultado, el mejor balance que saca el oriundo de Aragua de Barcelona, en el estado Anzoátegui, es estar de nuevo en el pelotón, en lo suyo, en lo que le gusta.

“La Vuelta al Táchira significa mucho para mí, he vivido grandes momentos aquí, y me contenta mucho estar de nuevo en la carrera”, señaló de entrada el destacado corredor, quien ahora mismo marcha en la casilla 15 de la clasificación general y ha venido de menos a más, después de superar algunos problemas de salud que le impidieron comenzar al cien por ciento.

Medina parece estar lejos del retiro, pese a la nueva camada que pisa fuerte. Está consciente de que cada vez será más difícil obtener los resultados a los que está acostumbrado, pero hay otras situaciones que le llenan el alma y lo empujan a seguir encima de la bicicleta.

“En una de las etapas venía en la cabeza del lote y se me acercó un corredor de Trujillo. Me dijo que para él era un sueño estar corriendo a mi lado, que yo era su ídolo, y fue algo que me impactó, algo muy grande, que, incluso, provocó que se me salieran las lágrimas en plena carrera”, comentó el oriental, quien, además de bregar con la dificultad que significa no haber llegado con ritmo de carrera, pasar por una enfermedad y hacer frente a una naciente generación repleta de buenos corredores, tiene el plus en contra de correr con un equipo chico, Gobernación de Nueva Esparta, distinto a los tiempos cuando era parte del recordado equipo de Cabimas, que por su manera de controlar la carrera, sin licencia para nadie, era conocido con el mote de “barredora amarilla”.

Medina va a terminar lejos de los puestos cimeros, pero no se desanima. Por el contrario, está satisfecho y recuerda que “el ciclismo siempre da revancha”.

 

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