La labor docente es considerada entre todas las existentes como una de las más nobles y ayer se honró el arduo trabajo que día a día llevan a cabo quienes decidieron ejercer tal profesión.
La historia se remonta a 1932, cuando los educadores, durante la dictadura de Juan Vicente Gómez, emprendieron una lucha conformando la Sociedad Venezolana de Maestros de Instrucción Primaria (Svmip), en defensa de sus derechos y buscando una mejora en la educación del país; explicó Paula Torres, presidenta del Sindicato Venezolano de Maestros del Estado Lara (Sinvemal).
Las acciones emprendidas causaron desagrado en Gómez, quien ordenó a los docentes distanciarse de la Svmip, sin embargo estos permanecieron luchando de manera clandestina en pro de la educación venezolana hasta el fallecimiento del dictador.
Posteriormente, los docentes crearon la Revista Pedagógica, mediante esta el gremio era informado de aquellas acciones a tomar por el beneficio de la educación, que para ese entonces contaba con un alto nivel de analfabetismo; esto causó desagrado en el entonces gobernante y ordenó a los docentes no involucrarse con la Svmip; no obstante esto no limitó a los educadores, quienes continuaron con reuniones clandestinas en beneficio de la educación hasta la muerte del dictador, luego de esto se fundó la Federación Venezolana de Maestros.
Fue Isaías Medina Angarita, durante su presidencia quien decidió honrar a los profesionales y reconocer su lucha y labor al decretar el 15 de enero de cada año como Día del Maestro. Desde ese entonces los docentes se han dedicado a mantenerse en una batalla para reivindicar lo que significa la educación.
Formadores del futuro
Ser maestro es un trabajo bondadoso y que pocas veces se le da la importancia y el crédito a quienes han decidido dedicar su vida a la enseñanza. “La escuela es el segundo hogar”, es una frase común de escuchar, y es así. Gran parte de las personas pasan mucho tiempo de su vida en una escuela, en donde personas con un corazón gigante se encarga de dotar de conocimientos y valores su vida, especialmente en los más pequeños, quienes durante sus primeros años cuentan con la presencia de un maestro que los guía por un camino positivo para el resto de sus vidas.
No es difícil que cada persona recuerde a algún docente que marcó su memoria por todas las enseñanzas aportadas. Un educador asume la responsabilidad de estar a la tutela de cierto número de niños y acogerlos como si fueran sus propios hijos.
Paula Torres presentó su propio caso, pues su madre también fue maestra. “Ser docente significa tener el trabajo como prioridad. Mi mamá, quien fue docente, muchas veces nos dejó a mis hermanos y a mí con el servicio para ir a una escuela a dar clases, o a zonas rurales”, expresó. Asimismo recordó el consejo que una vez le dio su progenitora, “ella me decía que nunca estudiara educación, que no trabajara en esto porque si bien es una hermosa profesión, al mismo tiempo es ingrata”.
No obstante Torres eligió esa profesión que su madre dijo que no tomara y al igual que ella ha estado en la lucha por los derechos que considera que por tal labor merecen, al igual que aquellos docentes que en 1932 tomaron la decisión de mejorar la educación.
Lo mismo ha sucedido los últimos años con los maestros, quienes saben que en sus manos se encuentra el futuro del país, por lo que es necesario contar con todas las herramientas que le permitan educar a esos profesionales que más adelante estarán a cargo de Venezuela.
“Simón Bolívar tenía razón al decir que moral y luces son nuestras primeras necesidades, pues si no hay preparación académica la nación quedaría en la oscuridad”, resaltó la docente.
Como sagrada, cataloga Torres la profesión que ejerce, pues destaca que se forman los ciudadanos para la vida, tomando en cuenta que muchos de los jóvenes que atienden no cuentan con un hogar o padres que los guíen por un buen camino, y queda en sus manos acogerlos y educarlos.