Desde temprano, en el pueblo de Santa Rosa; caminado toda la procesión o hasta cierto punto; pendientes de la televisión e internet, para ver «por dónde va la Virgen» y salir rápidamente, a esperarla en algún lugar específico y verla pasar, o acompañarla por un trecho; esperándola en la Catedral. Descalzos, vestidos de Nazareno o pastorcita, o simplemente con gorra y lentes oscuros para hacer frente al sol. En familia, entre amigos, con los vecinos o encontrándose gente por el camino, y eso sí: con mucho amor a la Divina Pastora, y la oración siempre en el corazón.
Así acompañaron los feligreses a la imagen de la advocación mariana, este 14 de enero de 2016:
Por su parte, el crepúsculo larense es contexto ideal para el monumento Manto de María, que recuerda la protección que la Divina Pastora mantiene dese el Cielo para con sus fieles: