Antes de empezar a escribir este artículo tuve la oportunidad de observar y oír un programa por un canal de televisión en el que se entrevistaba a la embajadora de la República de Sudáfrica y en donde a cada pregunta hubo una respuesta que estoy seguro en su análisis no fue muy agradable al entrevistador y mucho menos a esas personas que se identifican con lo que se ha llamado el proceso revolucionario y con la forma que explicaba la embajadora en cuanto a la existencia en ese país de instituciones de gobierno independientes y fuertes en el cumplimiento de sus deberes, en lo personal y como reflexión en positivo.
Al recibir el año 2016 quiero hacer llegar a mis lectores y a todos los que saben producir por el país, mis mayores deseos porque este año sea de independencia y no de dependencia, de éxito, de unión sin exclusión, de buena voluntad, de solidaridad, de iniciativas reales para lograr lo que en cualquier parte del mundo se llama productividad que garantiza el vivir bien y saludable.
Durante todos los años me ha gustado pasearme por el año anterior, informarme de cómo se ha comportado la producción nacional en todos los rubros y que es lo que han previsto políticos y economistas de diferentes tendencias sociales; siempre anuncian que para el año siguiente va a haber un crecimiento del producto territorial bruto.
Como no soy economista, creí que eso era lo que definía mi papá cuando de niño me increpaba para decirme: “Mira muchacho, no ve usted como hay maíz en bruto o igualmente fulano de tal, por bruto perdió este año la cosecha”; y esa palabra bruto sin alusiones personales significaba más: hombres no cultivados en su inteligencia, personas rudas, productos en su origen natural y no sé qué otras acepciones puede tener el diccionario de la real academia.
En esa oportunidad me referí en forma preocupada, cuando se decía que para el año se preveía un crecimiento del 5% del producto territorial bruto y el año que terminaba había tenido yo no sé cuántos miles de muertos por violencia y brutalidad, que había habido un índice de inflación por arriba de lo normal y que lo entendía por brutalidad y pare de contar, de los males de ese año, como para pensar que una persona en su sano juicio afirmara que en ese nuevo año iba a crecer ese producto territorial bruto.
Al conseguirme con un economista amigo mío, me dijo y me explicó: “No Gerardo, el producto territorial bruto es lo que se prevé producir de bienes en la nación y por eso se afirmó que con la producción de petróleo y a buenos precios se estimaba que para ese año se iba a crecer un 5%, pues bien, lo entendí perfectamente y a estas alturas del año puedo afirmar que por brutalidad no se creció el 5%, que se bajó 5% o más. Y eso no tan solo en producción petrolera puesto que, puedo confirmar que por brutalidad tenemos inflación incontrolada, dinero inorgánico por camiones, producción de bienes y servicios en su más mínima expresión, brutalidad en el trato a los ciudadanos que exigen sus derechos, y muchas cosas más”.
Espero realmente para este año que los economistas, me den una verdadera definición del producto territorial bruto, que nuestra Asamblea Nacional, que comienza sea de inteligentes y no de brutos, para aportar ideas y procedimientos, que a los productos generados por el trabajo les sea reconocido su justo valor, que se plasme en leyes un verdadero reconocimiento a la propiedad privada, tanto de gobernantes como de ciudadanos no gobernantes, que eso de interés público o interés social, no sea algo subjetivo y a capricho del todopoderoso gobernante, y solo con esto, estoy seguro que arrancamos con el verdadero crecimiento del Producto Territorial Inteligente.
…Unidos todos por la Paz, la Convivencia, el Respeto y la prosperidad de nuestro país……
@JGMendozabargto
