El pueblo de Santa rosa fue fundado en 1671, bajo el nombre de Santo Tomás de Auras, en los límites del estado Lara con el estado Portuguesa. Luego, en 1973 deciden mudarlo al este de Barquisimeto (lugar en el que se encuentra en la actualidad) debido que en ese año canonizaron a Santa Rosa de Lima (Primera Santa Latinoamericana).
Los Padres Capuchinos predicaron en Barquisimeto durante el siglo XVIII y el fruto de estas misiones fue la siembra de esta devoción a la Virgen María, Madre de Dios y madre nuestra.
La imagen se adquirió alrededor del año 1740, con el nombre de “Divina Pastora de las Almas” y fue traída por el Padre Sebastián Bernal, Párroco de Santa Rosa desde 1736 hasta 1794.
Durante la época de la Peste, Barquisimeto contaba con 10.000 habitantes, de los cuales 2.000 estaban en el pueblo de Santa Rosa, y sólo había dos médicos para toda la población. Por ende, varios ciudadanos fallecieron y el miedo invadía la mente de cada persona.
El Obispo Silvestre Barrelini mandó a exponer el Santísimo sacramento y el Padre Macario Bracho, levantó la cruz en Santa Rosa para proteger al pueblo y rezar. El Padre Macario González, hizo lo mismo “la cruz salvadora” en el límite de Barquisimeto y Santa Rosa.
Pero fue el Presbítero José Macario Yépez, quién por primera vez en 1856 salió en procesión con la venerada imagen, entre oraciones, penitencia y súplicas, por la terrible epidemia del cólera, que azotaban toda la región.
La procesión se realizaba hasta la cruz salvadora, levantada en Tierritas Blancas (lugar que ocupa actualmente la iglesia Claret), para ir a orar a Dios por la peste. Este templo se terminó de construir en diciembre de 1855, por lo que la fecha más próxima fue el 14 de enero.
El Padre Macario Yépez, le pidió a la virgen ser la última víctima del cólera. Murió el 16 de junio de 1856 y a los meses fue desapareciendo la peste.
Al año siguiente, el padre José María Raldini, suplente de Santa Rosa, pidió que la imagen vuelva a Barquisimeto. Desde ese día los barquisimetanos reciben a la Divina Pastora en la plaza Macario Yépez y la acompañan multitudinariamente por las calles e iglesias de la ciudad.