El Nicolato está “in articulo mortis”, es decir, a punto de morir. Tiene los días contados, necesita la extrema unción. Para decirlo con otras palabras tiene el sol en la espalda. A Maduro le esperan los “idus de marzo”, porque a partir de ese tiempo se activará el proceso del referéndum revocatorio.
Se ha encargado él mismo de provocar todas las condiciones para que el pueblo le diga de una vez por todas “vete”. En los últimos días, sabedor de denuncias que se le vienen encima, se apropió del Banco Central de Venezuela, lanzó una ley de estabilidad laboral de tres años que ahuyenta las inversiones extranjeras, con el nombramiento de los nuevos ministros aumentó una burocracia donde hasta creó un ministerio para la agricultura urbana. Amenazó a Televen y Globovisión por no plegarse a sus arrebatos. Insultó nuevamente al Presidente de Argentina. Y por último montó una tragicomedia con el retiro de los cuadros del Bolívar creado por computadora, de Chávez y de él mismo, involucrando en su locura a la FANB. Podríamos decir ahora “Ramos Allup los tiene locos”.
Se cree no Presidente, sino “Jefe del País”, no acaba de entender que el pueblo no tuvo un voto castigo, sufragó por un cambio de régimen, por sustitución del chavismo que quebró a Venezuela. La mayoría tiene un hartazgo de esta gente que es la vergüenza de América. No encuentra la dupla Maduro-Diosdado la forma de sacudirse la derrota que han recibido. Son menos del 25% y hablan y actúan como si fueran el todo. En Ramos Allup les ha nacido una voluntad enérgica, que le resbalan todas las tramoyas que le han fabricado.
Existe una realidad que no pueden nubes espesas esconder. Se quiere borrar de un plumazo la victoria del pueblo al elegir una nueva Asamblea Nacional. Ya amenazada con el veto a las leyes que promulgue, con quitarle el presupuesto, con incendiar el Capitolio, se le secuestró su canal de televisión, se le pretendió amputar la mayoría calificada y hasta negarle la publicación de sus acuerdos en la gaceta oficial. Maduro no ha entendido que ningún plan económico que presente prosperará y será efectivo mientras la imagen de Venezuela sea la de un enfrentamiento de poderes. Que mientras exista un presidente impopular, propiciador del fratricidio, objeto de risas de cadáveres de sus propios aduladores, Venezuela no saldrá adelante.
Todos los índices económicos apuntan que nos esperan días de más escasez, inflación, falta de medicinas, agua potable. Los hospitales están en el suelo, aumenta la fuga de cerebros, ha sido una inmoralidad el nombramiento apurado de magistrados del Tribunal Supremo de Justicia, sin credenciales para jueces máximos.
Por tanto, no queda otra, todas las instituciones de la sociedad civil, a saber, sindicatos, universidades, colegios profesionales, academias, concejos municipales deben pedirle la renuncia a Maduro. Finalmente lo hará la iglesia y los militares. Nuevo Presidente civil capaz es la consigna.
