“Acuérdate, oh Virgen María, que jamás se ha oído decir que ninguno de los que han acudido a ti implorando tu auxilio, haya sido abandonado de ti”. Así dice parte de una canción dedicada a la Reina Celestial. Se trata de un par de líneas con las que muchas personas pueden identificarse, pues reflejan el amor que la Madre de la humanidad tiene por sus hijos, y la confianza con la que estos deben dirigirse a Ella, seguros de la protección y los dones que la Virgen derrama sobre el mundo.
Por este motivo y a propósito de la visita Nº 160 de la Divina Pastora desde Santa Rosa a Barquisimeto, elimpulso.com invitó a sus lectores y seguidores a compartir sus historias de devoción, a través del correo electrónico y de las redes sociales Twitter e Instagram, con la etiqueta #GraciasDP. Son testimonios de milagros que la patrona de los larenses ha concedido a quienes piden su intercesión con plena fe.
fpsa1 (Instagram)
Gracias Divina Pastora porque el 27 de mayo de 2015 te hiciste presente junto a tu Hijo en el nacimiento de mi Juan Diego, de 27 semanas y con estas palabras «aquí está tu hijo, es pequeñito pero está vivo» me llenaste de fe, de amor y de ganas de luchar. Hoy más que nunca reitero mis palabras de que lo enseñaré a amarles y a servirles siempre porque él es un gran regalo del cielo.
César Rodríguez (Twitter @Camejo15)
Gracias Divina Pastora por tu apoyo al momento de interceder con tu manto divino cuando intervinieron quirúrgicamente a mi hija, todo salió bien. Hoy es una bella niña de 12 años.
ylovera (Instagram)
Gracias Divina Pastora por el favor concedido: la sanación de mi hermana Yarimai quien culminó el pasado mes de noviembre el tratamiento de tres años de quimio por padecer de Leucemia LA, siempre acudo a tu procesión a darte gracias, virgencita amada. No puedo explicar lo que siento cuando estoy en tu presencia, ¡es algo celestial! ¡Gracias por todo mi Pastorcita!
andrepoleomedina (Instagram)
Gracias Divina Pastora porque hace 7 años un 14 de enero al ver pasar tu imagen, te pedí que me hicieras el milagro de poder ser madre por segunda vez después de casi 10 años intentando sin ningún resultado, visitando médicos y tratamientos. Ese mismo año culminando el mes de septiembre di a luz a un hermoso varón muy sano, quien lleva por nombre José David, oveja de tu rebaño.
lucyruscica (Instagram)
Mi hermano @lucianoruscica9 es un milagro de la Divina Pastora que le permitió sobrevivir a una cirugía a corazón abierto a los 7 meses de edad. Ya tiene 35 años. Gracias Madre Santa.
Eleana Graciela (Twitter @Eleana_G)
La Divina Pastora me curó de insulina alta que me diagnosticaron el año pasado e impidió que me operaran.
tamunanguera (Twitter @qhayenlara)
Hace unos años fui a bailar el día del folclorista, días previos al día de la Divina Pastora. Entré al templo y pedí de corazón que mi hermana pudiera tener un bebé, tenía años de matrimonio y no habían podido ser padres. La Divina Pastora me escuchó, en ese año salió embarazada y ahora soy tía de unos morochos hermosos, esa es una bendición. Cuando yo pueda caminar sin muletas iré a cumplir mi promesa.
jeanelysd (Instagram)
Este testimonio no es mío primordialmente sino de un tío. Él presenta en sus genes una cardiopatía congénita con la que nacían sus hijos, los cuales no lograron vivir. Después de tantos años y de conocer los milagros de la Divina Pastora, él vino a la procesión a pedir salud y poder tener un bebé sano. Hoy en día tiene dos lindas hijas de 12 y 9 años, que son sanas por la mano de la Virgen, ella le cumplió su petición y viene todos los 14 de enero a caminar con la Virgen.
Marcos Luis Rodríguez (Correo electrónico)
Tengo mucho que agradecerle a la Divina Pastora por acompañarme siempre en mis momentos tristes y alegres, le doy gracias por mantener en salud a mi familia y haber concedido una petición que casi toda la familia pidió. También le agradezco haberme curado del Chikungunya que me dio el año pasado a pocos días de la procesión y para el día 14 ya estaba curado. ¡Bendícenos hoy y siempre Madre!
Daniel Murolo (Correo electrónico)
Este año viajaré a Barquisimeto para correr por primera vez los 9 kilómetros en honor a la Divina Pastora y cumplir así una promesa que le hice hace un año, luego que le detectaran a mi madre cáncer y tras una operación, librarse de forma milagrosa de la enfermedad.
Carolina Perdomo (Correo electrónico)
Todo empezó por la pérdida que tuve de mi tercera hija, con tres meses de gestación. Fue una pérdida natural, me dijeron los doctores, el día 2 de mayo. Esto fue muy fuerte para mí y mi familia ya que era parte de mi vida y mi gran ilusión. Con la inconformidad que tenía con la vida, no sabía a dónde ir para llevarle flores o darle un padre nuestro.
Un día, tres meses después, me fui a dormir pero muy triste, haciéndome la pregunta de a dónde iban esas almas. La Divina Pastora se me reveló toda vestida de blanco en un sueño exactamente el día 2 de julio de 2014. Eran las 2:10 de la mañana. Ella estaba vestida de blanco, con su corona y el bebé que perdí en sus manos. Tanta era la emoción de ese sueño que me desperté y dije ‘gracias Señor, la tienes tú’, dándome la respuesta que yo quería saber. Desde entonces me llenó de una paz que antes no sentía.
Empecé a buscar materiales para la elaboración del bastón de la Divina Pastora, un bastón que está hecho con mucho amor, elaborado por mi persona en memoria de mi hija que perdí, Yorgelys Carolina. Además, he hecho con mis propias manos unos bastoncitos para regalar a la gente que va a la procesión. Esta es la mayor prueba de fe y de amor que me ha dejado la Divina Pastora. Le doy gracias al padre Rafael Chávez, párroco de la iglesia de Santa Rosa, por haber recibido el bastón y otorgárselo a la imagen de la Virgen en su visita 159. Ya mi promesa está cumplida y es una bendición de la vida y de la Divina Pastora.
Yineska López (Correo electrónico)
Desde hace muchos años sufro problemas de miomas en el útero. Después de dos operaciones, los médicos me indicaron que debía tener hijos pronto, de lo contrario no podría ser madre. Yo no tenía pareja para ese entonces, lo cual me generó angustia y empecé a hacerme tratamientos médicos para tratar de sanar.
Al pasar el tiempo conocí a mi actual pareja, lo que me hizo pensar que era la persona indicada para tener ese hijo que tanto quería y comencé nuevamente a hacerme tratamientos de fertilidad con muy poca esperanza. La gente me decía que no lo lograría, los médicos me hicieron tratamientos muy dolorosos, fertilización, pastillas, y nada de esto dio resultado, llevándome a una depresión inmensa, no sólo porque no lograba tener un hijo sino que mi salud se afectaba cada día más.
Un día, la familia de mi esposo nos invitó a Barquisimeto a conocer a la Divina Pastora y en ese momento viví la procesión y sentí la necesidad de pedirle su ayuda, que me concediera el milagro de ser madre y que yo la estaría venerando de por vida y haría sus caminatas en agradecimiento por su milagro.
Pasó un año y no se cumplió el milagro y me encontré con un dilema pues sentí que la Divina Pastora no me había escuchado: ¡terrible error! Mi esposo me dijo: ‘ten fe y no dejes de hacer la caminata que ella te va a escuchar’. Luego de hacer la procesión me hicieron una inseminación artificial que no dio resultado tampoco y me sumí aún más en la depresión y a pensar nuevamente que estaba sola. En mis conversaciones con Dios me peleaba con Él porque me sentí abandonada y le preguntaba a La Divina Pastora que por qué no me había ayudado.
Entonces aparecieron las palabras de mi tía Evelyn, quien hoy ya no está con nosotros. Me dijo ‘hija, entrega tus penas y angustias a la Divina Pastora pero hazlo de corazón. Ella se encargará’. A los tres meses, sin esperarlo ni darme cuenta me enteré que estaba embarazada de una hermosa niña a la que hemos llamado Stephany del Carmen y a quien le vengo inculcando la fe y que Ella es su segunda madre, lo que se me ha hecho hermoso ya que desde que tiene uso de razón ella sin que yo le pida que lo haga, siempre la besa al ver su imagen y le pide la bendición y a veces creo que la veía desde el vientre porque siempre estuvo ahí. Gracias por tu milagro mi Divina Pastora.
Lourdes Campos (Correo electrónico)
Les escribo para compartir el caso de mi hija Laura Victoria, quien tiene dos años de edad. A los dos meses fue diagnosticada con artrogriposis contractural múltiple congénita tipo 1ª. Desde que nació estuvo hospitalizada con sonda para alimentarse, presentaba deformidad en sus extremidades, en todo este proceso los médicos no sabían cual era síndrome y mucho menos su pronóstico.
Después de pasar muchas consultas con distintos especialistas, de innumerables yesos colocados en ambas piernas y manos desde sus 20 días de nacida, fisioterapia y nuestra fe incansable, de nuestro amor por ella, hoy en día puedo asegurar que es un milagro de nuestra Divina Pastora.
Los médicos no nos prometían que caminara tan pronto, el proceso sería bastante lento, aún así nunca dejé de creer en que Laura sería un milagro. En agosto de 2014 le realizan cirugía en su pie izquierdo y deciden abrir para acomodar su cadera. Laura aún no caminaba. Luego de pasar varios meses en nuestra constante lucha por su evolución, unos días antes de cumplir sus dos años de edad, en septiembre de 2015 ella caminó por primera vez. ¡Nuestras súplicas fueron escuchadas y nuestro milagro está hecho! Nadie lo podía creer, ni sus propios médicos tratantes. Hace dos meses le tocaba su control, la evaluaron físicamente y según sus rayos X de cadera no debería estar caminando. Las palabras exactas de su médico traumatólogo/ortopedista fueron las siguientes: ‘realmente no sé cómo explicarles qué está sosteniendo la cadera de Laura, pero ahí está’. Y yo contesté ‘por la mano de Dios y de la Divina Pastora’. Actualmente Laura se encuentra bien, de salud favorable, caminando y siendo una niña muy feliz, bendecida y amada.
Yanina Escobar (Vía telefónica)
Mi esposo tuvo un accidente de tránsito en 2004 y estuvo cuatro meses en la Unidad de Cuidados Intensivos. Yo me aferré a la Divina Pastora y le pedí su recuperación, por eso todos los años voy a la procesión y dono arepas rellenas. Además en este momento tengo unos zapatos para la imagen de la Virgen que le voy a entregar para el año que viene.
Además de eso, hace cuatro años mi hija estaba en estado y le dio una preeclampsia que puso en peligro tanto a ella como al bebé, pero afortunadamente lograron recuperarse. En el Hospital Central hay una imagen de la Divina Pastora y yo me sentaba todos los días frente a ella y le rezaba y le pedía.
Soy devota de la Divina Pasto porque me lo inculcaron desde niña, cuando mi abuela me llevaba a la procesión y me vestía de pastorcita. Luego de casada uno descuida esa parte de fe por diversas razones, como por ejemplo por el trabajo, pero esos episodios de salud me marcaron mucho e hicieron que retomara esa fe.
Para este año, a la Virgen le rezo por el país, da tristeza tanta humillación y miseria, pido que se solucione esta situación.
Sara Viloria (Correo electrónico)
Me llamo Abraham Casamayor Viloria, mi mamá, Sara Viloria. Nací en 1995, muy bien parecido, modestia aparte: cabello dorado y ojos azules. Mi mamá decía que no parecía de este mundo y qué palabras tan sabias, así tal cual fue.
Nací con Hidrocefalia, mi primera operación para colocarme una válvula fue a los 28 días de nacido. Desde que nací mi mamá supo de mi enfermedad y fue una odisea para ella, pero como ella es muy católica y creyente de Dios, primero que todo, y de la Divina pastora, lo primero que hizo fue encomendarme a ella para que me sanara. Todos los 14 de enero me llevaba, le prometió que me llevaría vestido de pastorcito, y la caminaría conmigo en brazos para que me sanara.
Recuerdo que la primera vez que fui en brazos de mi madre, a encontrarme con ella fue cuando tenía tres meses de nacido. Había mucha gente, caminamos mucho, pero no pudimos caminarla toda, porque me dio mucho calor, y nos vinimos a casa.
Después de eso mi mama y yo pasamos muchas cosas. Al año, ya era la tercera vez que me habían operado, este fue el primer milagro que recibí de mi Madre, la Pastora. Me operaron para quitarme mi válvula porque la estaba rechazando, pero como yo no podía vivir sin ella, me puse de un mal, que recuerdo que me colocaron una sonda gástrica de la nariz hasta mi estómago.
Yo nací sin tener mucha movilidad en las manos, mi mami era muy fuerte para aguantar todo lo que me pasaba. Esa noche me entregaron con una sonda, mi mama le dice a la doctora que ella podía con todo menos con esto. Mi mami, al verme con eso, le afectaba mucho psicológicamente porque ella pensaba que yo estaba más grave de lo que ella creía. La doctora la convenció y le dijo que eso era para alimentarme.
Bueno, mi mama me recibió y no durmió en toda la noche, yo chiquitito y todo, la sentía llorando. Ella le pedía a Dios, a la Divina pastora y al Doctor José Gregorio que me sanaran para que me quitaran eso, que aceptara los alimentos y no vomitara más. Ella le dice “Divina Pastora, dame una sola señal de que me estas escuchando”. Como a los 15 minutos, eran como las 3 de la mañana, ella se recostó en un sillón para descansar, la luz del cuarto de la clínica estaba apagada, pero la del baño prendida. En eso entra una enfermera y le dice a mi mamá “señora, el niño se sacó la sonda y está sangrando”, dio media vuelta y se fue. Mi mami asustada se levanta y prende la luz, consiguió la sonda colocada arriba de mi estómago, acomodada y en la punta, con dos gotas de sangre. Ella pensó que no pudo haber sido la enfermera porque en ningún momento tocó al niño y con la luz apagada menos. Llamó a la jefa de enfermeras, le contó lo sucedido y describió a la enfermera. Cuál no sería la sorpresa, que ninguna enfermera con la descripción trabajaba allí, a ninguna esa hora le tocaba colocar un medicamento.
En la mañana llegó la doctora y le contaron lo sucedido y nuca se supo qué pasó, porque el niño no pudo habérsela sacado, porque no tenía la fuerza en las manos, y la doctora dice que cuando se saca eso es un dolor muy fuerte y yo ni lloré. Me empezaron a dar jugo y después comida y no vomité. Era un milagro.
Después de mucho tiempo con muchas complicaciones, una noche me dio una fiebre muy alta, mi mama no podía calmarla con nada. Ya muy preocupada, le rogó a mi otra mamá, la Pastora, que me bajara la fiebre de 41 que tenia, producto de mi enfermedad, porque si no, convulsionaría. Le dijo otra vez “por favor, manifiéstate de alguna forma si me estás escuchando”. Ella fue a buscar agua para colocarme en mi frente; cuando vio al patio, había una luz gigante y brillante, que alumbraba todo. Ella rapidito me buscó en el cuarto, y me colocó debajo de la luz y zas, a los 10 minutos adiós fiebre.
Me pasaron muchas cosas durante mis cortos años de vida, pero lo mejor que me pasó fue que el día 12 de enero de 1999, me puse otra vez mal, me llevaron al IVSS de emergencia, la doctora decide sacarme la válvula porque otra vez la estaba rechazando. Me operó el día 13, y me colocaría otra válvula el día 14, pero como era feriado me la colocarían el 15. Mi mamá decía que de esta operación no saldría, ella tenía un presentimiento, ya que esta era la cirugía número 14 que me hacían. El 13 en la noche me puse muy malito, sentía muchas cosas, estaba en la cama 13. El día 14 me pasan a la cama 14. Ese día, mi otra madre, la Pastora, me vino a buscar como me prometió. Recuerdo que mi mamá me leyó un salmo, bellísimo, el 39. Me fui ese día a las 11:55.
Ese año, mi madre la Pastora salió mas tarde de la iglesia, para recibirme. Me dijo “tú querías estar sano y ya lo estás, a donde vamos nos estarás enfermo”. Ahora cuido a mi mamá, a mi hermano Isaac y a toda mi familia. Estoy feliz en donde estoy, mi sufrimiento se terminó.
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