Las protestas de comunidades por la falta de un bien tan indispensable como el gas doméstico continúan registrándose en la entidad larense sin que el organismo encargado del servicio de muestras de hacer algo para mejorar la distribución.
La pasada semana hubo cierres de vías en el oeste y norte del municipio Iribarren, así como también en Jiménez, y este lunes, comenzando la semana, tocó el turno a la autopista Barquisimeto-Acarigua.
Un numeroso número de mujeres y hombres, residentes del caserío La Morita, tomaron tan importante vía a las siete de la mañana, a pocos metros del punto de control de tránsito en Los Cristales, impidiendo la continuación de sus viajes a quienes iban o venían del Llano.
“Tenemos tres meses que no nos traen las bombonas y ya estamos cansadas de andar buscando leña para hacer la comida; ya basta; y por eso trancamos la carretera”, expresaba en alta voz una de las mujeres que sólo dijo llamarse Angélica.
Para impedir el tránsito automotor en ambos sentidos colocaron cauchos viejos y restos vegetales a los cuales prendieron fuego.
En pocos minutos la cola de vehículos, sobre todo de gandolas con diferentes tipos de carga, algunas de combustible, además de busetas y autobuses, se hizo kilométrica. Los conductores de un alto número de unidades que se desplazaban en sentido norte-sur optaron por invadir los carriles contrarios pensando que podrían pasar la barrera, lo cual agravó el congestionamiento pues en minutos los ocho canales de la autopista quedaron prácticamente cerrados.
“Desde noviembre no nos surten de bombonas y cuando uno va al llenadero no nos ofrecen ninguna solución y aquí vamos a estar hasta que nos resuelvan el problema”, manifestaba otra mujer.
Entre quienes permanecían “varados” en el lugar, a la espera de que llegara algún funcionario con la necesaria solución, hubo algunos que sostuvieron enfrentamientos verbales con los líderes de la protesta, explicándoles que ellos no eran culpables de la situación.
Algunos uniformados de la Policía de Lara y de la Nacional Bolivariana trataron inútilmente de convencer a los manifestantes de la necesidad de reabrir el paso, recordándoles que estaban incurriendo en un delito por el cual podían ser sancionados con arresto.
“Que nos lleven presos, pero de aquí no nos quitamos hasta que nos traigan el gas”, les respondían las mujeres. Sólo permitían el paso a los vehículos en los que iban o venían personas enfermas.
“Yo voy a trabajar en Barquisimeto, pero por lo visto perderé el día porque la buseta en que venía no puede seguir y no puedo pagar otro pasaje”, se lamentaba un joven.
Algunos viajeros bajaban de los colectivos y cruzaban caminando la barricada en llamas para abordar el que les permitiría llegar a Sarare, La Miel o Acarigua-Araure, o a Cabudare y Barquisimeto.
A las diez de la mañana, tres horas de haber comenzado la protesta, custodiado por funcionarios policiales, llegó un camión cargado de bombonas, insuficientes para las más de 300 familias de La Morita que estaban esperando desde noviembre, según afirmaron.
“Y si no normalizan el suministro volvemos a tracar la autopista porque nosotros también somos gente”.