El quiboreño Carlos Giménez está en su segunda participación en la Vuelta al Táchira en bicicleta. Corre como ficha de la selección de Venezuela y confesó tener ambiciones importantes en la carrera, a la espera de su terreno predilecto, la montaña, en el que suele explotar sus capacidades.
“Vengo con el objetivo de dar resultados en la Vuelta, porque hice una gran preparación y la competencia tiene terreno que me favorece”, indicó el quiboreño de 20 años, una de las firmes promesas del pelotón nacional y que quiere refrendar la condición de escalador de primer nivel que ya demostró en tierras tachirenses años atrás, en un par de ediciones de la Vuelta de la Juventud.
“Espero que se me dé la oportunidad, porque hay mucha subida que me viene bien”, agregó el menudo corredor, apodado como “Rujanito” por su parecido físico con el cuatro veces ganador del giro andino.
En los primeros días, el larense se ha hecho notar poco. Y hay dos razones que lo han llevado a estar “escondido”, en el corazón del pelotón. “No tengo ritmo de carrera, porque no corro desde la Vuelta a Venezuela (más de seis meses) y también hay que administrarse, sabiendo que si se hace un desgaste tan temprano, puede terminar mal en las últimas etapas que son decisivas”, indicó. “Una carrera de diez días hay que correrla con inteligencia.
Si uno se pone a hacer un desgaste innecesario cuando no debe, le fallan las fuerzas cuando más lo necesita”, agregó.
Este martes llega el primer arribo sobre alta montaña con el ascenso a Cerro El Cristo, pero a juicio de Giménez “no es una etapa para definir”.
“Cerro El Cristo es fuerte, pero de pocos kilómetros. Para mí la etapa clave es la novena, en Casa del Padre, porque, por el contrario, tiene muchas subidas fuertes y es de muchos kilómetros. Allí se sabrá quién es quién y espero tener un buen día para estar allí con los punteros”, anticipó.
Giménez también habló sobre la incómoda situación que vive actualmente en el tema contractual. El impasse entre Gianni Savio y el ministerio de Deportes lo tiene colgando, sin tener claro su futuro.
“Tengo contrato firmado hasta 2017, pero solo he recibido tres meses de remuneración. No tengo la culpa de que lo que haya pasado y el contrato no dice que mi pago está sujeto al convenio que había entre el equipo y el ministerio. Yo solo he ido por lo correcto y estoy dispuesto a negociar, pero consciente de que tengo contrato firmado”, cerró el pedalista.