“Todos los gobiernos despóticos y autoritarios han tratado de cubrirse con la figura de El Libertador”.
La afirmación fue hecha por el Dr. Rafael Simón Jiménez, profesional del Derecho, profesor universitario, historiador y político, quien fuera consultado en torno al revuelo que ha causado en el sector oficialista el retiro de la Asamblea Nacional de la iconografía de Hugo Chávez y el rostro modificado de Bolívar.
“La propia manipulación de la figura de Bolívar es un viejo culto laico que inventaron en Venezuela los déspotas y totalitarios para pretender acobijarse y tratar de establecer una identidad entre El Libertador y cada uno de ellos”.
Ese culto fue impuesto en la década de los ‘70 del siglo 19 por Guzmán Blanco, quien era familia de Bolívar por parte de su madre Carlota Blanco, emparentada con las hermanas de la madre de El Libertador.
De esa forma pretendía establecer una similitud entre la autocracia y su megalomanía con Bolívar.
Luego siguieron haciéndolo los déspotas y autoritarios como Cipriano Castro, Juan Vicente Gómez y Marcos Pérez Jiménez que trataron de identificar toda esta simbología y toda la iconografía del gobierno con la figura de El Libertador.
Y el último despropósito en esta cadena de ultrajar la dignidad del padre de la Patria lo cometió Hugo Chávez. Este trató de plantearse como encarnación de Bolívar sin tener ninguna similitud de grandeza con quien libertó cinco naciones. No puede ser equiparable.
Los chavistas de verdad tienen derecho a rendirle culto a Chávez como su líder, así como Acción Democrática le rinde culto a Rómulo Betancourt y como los copeyanos durante mucho tiempo lo hicieron con Rafael Caldera y los urredistas a Jóvito Villalba, porque ellos fueron sus líderes.
Los chavistas pueden utilizar sus altares particulares para alumbrarlo, rezarle y pedirle milagros, porque esa es una cosa de libre albedrío de cada quien y encaja dentro de la pluralidad, el respeto y la tolerancia que todos tenemos en democracia.
Lo que no puede pretender el gobierno, ni mucho menos una institución como la Fuerza Armada subordinada al poder civil y no deliberante, es tratar de que Chávez se convierta en un símbolo común de Venezuela.
Chávez fue un personaje muy polémico, que para unos cumplió una obra positiva y para otros fue en buena parte el destructor y causante de la tragedia que hoy estamos viviendo en el país.
Pero, en todo caso, él no tiene la estatura de héroe nacional. Nosotros tuvimos en el pasado hombres que nos cobijaron a todos. Incluso, no hay que olvidar el ultraje y la manera como Chávez despreció y en los términos más denigrantes que dirigió al general José Antonio Páez,. que no sólo fue el fundador de la República, sino el héroe de Carabobo y en buena parte uno de los pilares de la guerra de independencia.
Lo que ha debido el presidente de la Asamblea Nacional es haber entregado esa iconografía al jefe de la fracción del oficialismo, para evitar la controversia.