En calco de la edición anterior, la 51 edición de la Vuelta al Táchira, con participación récord para los últimos cinco años, 152 pedalistas, saldrán con el claro objetivo de intentar detener en su a veces avasallante paso a José Rujano, quien, además de actuar en condición de campeón en defensa, aunque lo niega, tiene el rótulo de favorito A1 para quedarse con la diadema y ser, de todas todas, el único pentacampeón de una cita con gran huella en el circuito americano del ciclismo, en la cual aparece bajo calificación 2.2 según la Unión Ciclista Internacional.
Rujano, de trepidante accionar en terreno escarpado, tendrá como principal aliado las duras cuestas tachirenses y merideñas, entre ellas Cerro El Cristo, La Grita y Casa del Padre, mientras que en la acera contraria aparece un pelotón de loteros y otros grandes aspirantes de escuadras del país, además de no tener una divisa de peso que lo pueda ayudar en su desempeño, al igual como aconteció en la edición del 2015 cuando debió luchar en forma solitaria frente a Juan Murillo, a la postre su escolta en el cuadro individual.
En la raya de salida estarán también seis delegaciones procedentes de otros países, las que seguramente intentarán solventar su intervención con algún triunfo parcial en las diez etapas propuestas, porque las aspiraciones al título general, por la rudeza de la topografía, parecieran estar condicionadas, salvo que algún representante del equipo de Colombia pueda saltar con éxito el accionar del tropel de venezolanos al igual que en los años iniciales de la prueba.
Las primeras acciones están pautadas para las 2.30 de la tarde de este viernes y corresponden a un circuito metropolitano de 102 kilómetros entre las ciudades de San Cristóbal y Táriba, con salida y meta en la Plaza Bolívar de la capital tachirense.
En la edición anterior, Rujano fraguó su victoria poco a poco con cierta complicidad de los principales cuadros anfitriones, entre ellos Lotería del Táchira y Amo Táchira, porque poco se le atacó en la llanura de las porciones iniciales y, al momento de enfrentar la cuesta solo estaba Juan Murillo, quien, con el debido respeto, en el cara a cara ante el merideño en la cuesta tenía toda las de perder en la trepada, como en efecto sucedió en el ascenso hacia Casa El Padre cuando sucumbió en los palmos finales.
Ahora los loteros están dispersados en tres escuadras: Lotería del Táchira, Kino Táchira y Gobernación del Táchira con Yhonatan Salinas como una de sus cartas principales, pero también existe el otro escuadrón local, JHS Aves, en el que Carlos Galvis y Jhonatan Camargo aparecen como las cartas principales. A la par, Manuel Medina, quien vuelve a la palestra después de la sanción que cumpliera por un positivo. Lo hace con el equipo de Nueva Esparta y su incógnita está en el ritmo, porque las condiciones de la trepada han sido demostradas al ser uno de los ciclistas con mayor número de premios de montaña acumulados a su favor en el Táchira.
El pelotón tachirense vuelve a nutrirse, como no sucedía desde el 2007, de una escuadra netamente larense y es el cuadro de la Gobernación que tiene al quiboreño Rafael Medina como pieza principal al adaptarse a la montaña con mucha gracia y facilidad, condición que demostró en diciembre pasado en el Clásico JHS Aves cumplido precisamente en carreteras del Táchira.