El gobierno de Siria acordó permitir la entrada de ayuda humanitaria a tres localidades sitiadas luego de informes de muertes por desnutrición en esa zona del país, dijo un funcionario de Naciones Unidas el jueves.
Por su parte, la ONG Médicos sin Fronteras dijo que 23 pacientes murieron de hambre en un centro sanitario respaldado por el colectivo en una de las tres localidades desde el pasado 1 de diciembre, incluyendo seis bebés de menos de 1 año y cinco adultos de más de 60.
La ayuda empezará a llegar a los pueblos en los próximos días, explicó un comunicado de Yacoub El Hillo, coordinador de asuntos humanitarios de la ONU en Siria.
Dos de las tres localidades que recibirán ayuda son las chiíes Foua y Kfarya, ubicadas cerca entre sí en el norte del país, que llevan más de un año sitiadas por insurgentes contrarios al gobierno. La tercera es Madaya, cerca de la frontera con Líbano, que está cercada por fuerzas de Damasco desde principios de julio.
Activistas dijeron que en las últimas semanas varias personas murieron por desnutrición en ambas zonas. Actualmente, en las dos localidades chiíes viven unas 30.000 personas, mientras que en Madaya el número de habitantes es mayor.
«Las casi 42.000 personas que siguen en Madaya están en riesgo de sufrir más hambre e inanición», advirtió El Hillo.
El funcionario dijo que la ONU está especialmente preocupada por la difícil situación que enfrentan las casi 400.000 personas que viven sitiada por alguno de los bandos en zonas como la ciudad oriental de Deir el-Zour o en el suburbio de Damasco conocido como Ghoua oriental.
El conflicto que comenzó en marzo de 2011 ha matado a más de 250.000 personas y causó más de un millón de heridos. La crisis también ha desplazado a la mitad de los 23 millones de personas que vivían en el país antes de la guerra.