Henri Querales, de 35 años de edad, reside en la población de Buena Vista. El hombre salió a las nueve de la mañana de su casa y le dijo a sus seres queridos que ya venía. Iba a casa de unos amigos en San Miguel, municipio Jiménez.
Quince minutos es la distancia de un caserío de otro y como siempre iba, a nadie le extrañó. A las 9:40 de la mañana los familiares de Querales recibieron una llamada que indicaba que El Ruca, como era conocido de cariño, estaba muerto en la vía principal. Le habían disparado en el estómago y el proyectil atravesó y salió por la espalda.
El cuerpo sin vida estaba tendido en una calle de tierra, fue tapado con sábanas y cartones, mientras esperaban que llegaran los sabuesos del cuerpo detectivesco.
Sobre el hecho nadie quiso decir nada al respecto. Comentaron que la zona estaba muy peligrosa. Todos los días se registraban robos y ataques y no contaban con protección alguna, porque ni un policía custodia la zona.
Aseguran que son delincuentes de Quíbor y El Tocuyo, quienes llegan a los caseríos a enconcharse.
Sobre la víctima fatal se supo que era el tercero de siete hermanos, acostumbraba a hacerle mandados a personas de la comunidad, no se metía con nadie y era muy querido.